Dios es misericordioso, bondadoso, hermoso, fiel, glorioso y majestuoso, el cumple sus promesas, pero un día vendrá a probar nuestra fe y nuestro verdadero amor por él, el cual debe ocupar el primer lugar en nuestro corazón y en nuestra existencia.
Llegara el momento en nuestro caminar en que nos pedirá que coloquemos lo que para nosotros tiene un alto valor en el altar algo significativo, algo que para el está ocupando un lugar que no debe tener pues Dios Mismo nos dio todo su amor y misericordia al entregar a su propio Hijo, el sacrificio más grande lo hizo nuestro Señor Jesucristo, el cual salvó al mundo de la condenación eterna...
Génesis 22 tiempo después, Dios probó la fe de Abraham.
—¡Abraham! —lo llamó Dios.
—Sí —respondió él —aquí estoy
—Toma a tu hijo, tu único hijo
—sí, a Isaac, a quien tanto amas
— y vete a la tierra de Moriah. Allí lo sacrificarás como ofrenda quemada sobre uno de los montes, uno que yo te mostraré
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