Junio 14 2024
» Voy a edificar un templo majestuoso, pues nuestro Dios es el más grande de todos los dioses. 2 Crónicas 2:5
Alabanzas al Rey de Reyes y Señor de Señores, este testimonio es para glorificar una vez más a mi amado Esposo Celestial y Padre Celestial de mis hijos. Este día glorioso sea su Nombre, por grande es su amor para con mi hijo menor, cuyo corazón le pertenece a él.
El mismo día que tuvimos un estudio familiar, hablábamos de la fe y todo lo que la fe hace como milagros y sanidades, y me tocó cerrar la oración a mi hijo menor. Poco tiempo después, tuvo un percance con una parte de su cuerpo, la cual se veía muy mal, de la nada y sin dolor alguno gracias a Dios había que actuar de inmediato. Mi hijo fue intervenido quirúrgicamente de emergencia hace dos años, el apenas tenía seis años, y aunque fue muy valiente, llegó un momento cuando supo que teníamos que irnos de emergencia al hospital, que se quebró un poco. Le dije que recordara todo lo que acabamos de aprender, que estaba bien que se sintiera así, que eso lo expusiera a Dios, pero que la fe se trataba en ese momento de dar gracias por estas tribulaciones, por qué solo el Señor sabía porque lo permitía. Seguí explicándole, que, si creía que Dios hacia todo bien, y me dijo que sí; entonces oramos, dejamos el control total al Señor. Mi ET, al ver el problema médico, de inmediato nos dijo que debíamos acudir al hospital que nos corresponde, por el trabajo de su trabajo, el cual es de asistencia pública y esperamos alrededor de 4 horas que nuestro hijo pasara, estuvimos orando, Dios nos contestó por medio de Su palabra, que estaba purificando su templo.
Nuestro corazón estaba con él, pero nuestra carne se estremeció al recordar las vueltas, inyecciones, cirugía y demás, aun así, permanecimos expectantes hasta saber la opinión del médico, justo antes de saber la respuesta médica, mi hijo se dio cuenta, que algo había cambiado en su cuerpo y aquello ya no estaba igual. Lo nombraron, pasamos y solo para darnos cuenta de que, en medio de la espera, ¡Dios lo hizo! ¡lo sano! El doctor nos dijo que no había nada, de hecho, la obstrucción había desaparecido totalmente. Fue la oportunidad de decirle a mi hijo una vez más, Dios sabía lo que sentías y lo hizo, ya te sano.
Obviamente el médico buscaba razones científicas que no necesitamos aquellos que viven por fe y no por vista...
Nosotros como Padres hicimos lo que corresponde, pero su Padre Celestial que todo lo puede, obro el milagro, él es su creador y envío su poder de sanidad.
¡Gracias a Dios por la justificación a través de Cristo Jesús para poder vivir por fe!
Señor gracias por librar a tu hijo de esa prueba, te alabamos, gracias por bendecirlo y por sanarlo toda la Gloria a Ti mi Rey Cristo Jesús. Amén y amén.
Francia.
C3D MINISTERIO
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