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Una herida que no había sido bien tratada y empecé a mirar mi situación.


Octubre 10 2024

"Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia" Salmo 46:1.



He venido teniendo contratiempos económicos y dentro de esto hay un pago de las necesidades básicas que no se cubrió, a partir de ese momento, el enemigo comenzó a bombardearme al traer temor y falta de confianza, pero sabía que era algo más, mi alma alababa a Dios y recordaba que el Señor ha hecho mucho por mí y cosas más grandes.


Había un ataque fuerte en mi mente por la falta de ese pago, me desajustaba tanto, mi día pasaba y no podía concentrarme en mis labores, no me sentía bien, fui y oré, pero aun así había una necesidad muy grande que no se trataba solo de la falta de liquidez, había algo que me hacía sentir insegura y desprotegida y eso no podía suceder, mi Dios es bueno y seguro.


Necesitamos ir a él siempre primero, porque no podemos descargarnos en otros, así lo hace el mundo, pero nosotros no. Lo digo porque fui tentada a hablar con otros de mi situación. Tuve una llamada telefónica con mi hermana y no comenté el problema, porque no había ido a él.

Después fui a él, le entregué mi ansiedad, mi temor, mi desconcierto y mi sentir, porque solo podía pensar en eso, en que en cualquier momento desconectarían el sistema por falta de pago y, ¿cómo iba a seguir trabajando, sirviendo y hasta sosteniendo el hogar por incumplir en este pago? Debido a que pusimos primeramente el reino de Dios, no lo concluimos.

Transcurrida la mañana, tuve una llamada de mi madre que ha estado enferma y platiqué con ella, me preguntó, ¿cómo estábamos? nada salió de mi boca, ni de mis sentimientos, seguimos la conversación y cuando estuve a punto de contarle mi sentir, buscando ayuda terrenal, ¡callé mi boca

guardando esto! porque mi amado tiene que cubrir todas mis necesidades, y no iba a hablar mal de él, esto que me estaba pasando era fuerte, yo necesitaba tener sosiego.


Durante la conversación, ella me comentó que uno de sus padecimientos, de los que está teniendo ahora, repercute a una caída de cuando ella era joven y yo muy pequeña, ¡lo recuerdo! ¡increíble! pero lo recuerdo bien.

Platicamos de dónde se cayó, dónde la dejó tirada el camión, ella fue lastimada cuando el vehículo de transporte público paró y antes de que terminara ella de bajar, este se arrancó. Mi madre cayó al suelo y su pie quedo fracturado, ella inmóvil y agarrándome en plena calle, en el suelo.

Le comenté que recordaba todo, que más o menos creí tener en ese tiempo unos cinco o seis años, a lo cual mi mamá me dijo que ¡No! ¡yo solo tenía 3 añitos! El doctor le dijo que esa fractura no fue bien tratada hace 42 años y por ello esta aparente nueva luxación viene de ahí, debido a que el hueso quedó pegado a otro y por eso continuamente se dobla el pie.


Ya para cuando terminamos, volví a poner la mirada en mi situación y volví a orar y le decía al Señor ¿por qué en mi corazón había tanta falta de confianza? sí lo conozco y sé lo que él es capaz de hacer por mí, le dije: -Señor me has sacado de apuros más grandes y si tuviera que pasar esta necesidad de este apuro, sé que tú estarás conmigo, pero ¿por qué hay tanta inseguridad de mi corazón? continuaba hablándole, -Señor, soy sincera, hoy tengo falta de confianza y no sé ¿por qué? porque conozco Tus Maravillas, sé que tiene que ver con mi alma, pero ¡ayúdame! y justo en eso, me recuerda la plática con mi mamá, fue justo cuando le dije, ¡tiene que ver con mi alma esta falta de seguridad! eso me recordó aquel evento, me llevó a ese evento de donde tenía 3 años y mi mamá estaba tirada en el suelo, era muy pequeña, mi mamá no me podía cargar, estábamos en una esquina tiradas, el camión se fue, mi madre tenía tanto dolor con su pie quebrado y ella se estiraba para que yo no me moviera, yo estaba parada ahí, junto a ella, quizás llorando, porque no sabía que pasaba, ¿quién nos ayudaría? y ¿porque mi mamita había sido tirada del camión? era mucha mi inseguridad, porque una persona que siempre estaba cuidándome se encontraba en el piso, sin poder sujetarme, sin poder ni siquiera ponerse de pie.


Así como le dijo el doctor, había una herida que no había sido bien tratada, y esa falta de inseguridad venía de ese evento, así como este, hay muchos en nuestra alma que necesitan ser sanados y depurados para que podamos estar totalmente confiadas y seguras en los brazos de nuestro Padre del Cielo.

Hoy se, que Jesús siempre estuvo, pero no lo podía reconocer en mi situación, pero él estuvo ahí y nada me pasó y mandó la ayuda, pero todo lo que mi alma registró en aquellos escasos tres años, quedó ahí, deteriorado haciéndome sentir con falta de seguridad.


La seguridad ha sido también el tema de madrugada y con ello, sin ir a ningún otro lugar, porque en este ministerio C3D, tengo todo lo que de él necesito, ha sanado esa inseguridad, esa incertidumbre que viví, en aquel momento del accidente de mi mamá.


Hoy sé que tengo un Dios perfecto que puede estar en todas partes, que me cuida, que sabe las necesidades que tengo y que no me abandona, que está al pendiente de mí porque me ama y me hace sentir segura.






Francia Ramírez.

C3D MINISTERIO.

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