Un espíritu que se levanta de entre las cenizas.
- Cordón 3 Dobleces
- Mar 31
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Igualmente ustedes, mujeres, obedezcan a sus maridos.
1 Pedro 3;1
La fuga del tanque.
Hace aproximadamente dos años, mi esposo puso una antena para ver la televisión, él me pidió que fuera a comprar un tubo para poderla sostener, sinceramente a mí se me hizo caro, regresé y le dije cuánto costaba y me dijo pues cómpralo, respondí ¡está muy caro! ¡no se va a comprar! él tan solo me dijo: ¡espérame!
Después de que me dijo que lo esperara, encontró un tubo en la misma azotea que había sido de otra antena, al momento, no sucedió nada, pero pasados los días, ese tuvo que quitó de donde estaba recargado, tenía ya tanto tiempo pegado que cuando lo separó, empezó a haber una fuga, porque este tubo estaba recargado en mi Rotoplas.
No sabíamos de dónde venía el agua, porque un poco antes, justamente, acabamos de reparar el tanque, unos cuantos días antes, porque tenía problemas en el flotador.
Creemos que esa fuga era porque no había quedado bien; al tiempo vino un fontanero para revisar y hermanas, este espíritu de control que quiso salir de las cenizas ya tiene dos años, ahora que me recuerda ¡porque sigo con esa fuga! ha sido tanta que reblandeció el techo, ha sido tanta, que pedazos de la estructura han caído, y Dios es bueno, me dio una pequeña y momentánea solución, pero ahora, cada vez que tengo que ir a cerrar la llave de paso, esperar que se acabe de llenar el tinaco, volver, ir a abrir la llave de paso y todo esto, por esa idea tan pequeña de no gastar, pero realmente lo que hice fue no obedecer y hoy vivo las consecuencias cada tres días, en que a veces se acaba el agua y tengo que estar pendiente cada vez que se llena, todo por no obedecer y todas las consecuencias del control de las que hice, pues ahora no ha habido para cambiar todo nuestro tinaco de agua.
Por eso le puse el título: un espíritu que se quiso levantar de entre las cenizas porque sí muchos de los problemas que tuve en mi restauración matrimonial fue, que mi esposo me decía que siempre quería tener la razón, que siempre quería ganar o que siempre las cosas se tenían que hacer como yo decía.
Esta vez fue sutil, fue una opinión, pero a fin de cuentas controlé la situación a mi manera y hoy vivo las consecuencias.

Francia Ramírez Rodríguez
C3D MINISTERIO
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