Octubre 22 2024
EL SEÑOR TE BENDIGA Y TE GUARDE; EL SEÑOR TE MIRE CON AGRADÓ Y TE EXTIENDA SU AMOR; EL SEÑOR TE MUESTRE SU FAVOR Y CONCEDA LA PAZ.
Números 6:24-26
Alabo a mi Amado Padre Celestial, porque solo él es grande, poderoso, majestuoso y misericordioso.
Cuando mi hija entro al primer grado de secundaria, quedó en el último grupo, el primer año se forman los grupos A, B, C, D, E, F y ella quedó en el F, este grupo al pasar al segundo grado se desintegra y los alumnos se dividen en todos los demás grupos. Mi hija no estaba convencida de que la pasarán a otro grupo y con nuevos compañeros, he de confesar en mi amado que yo tampoco quería que ella estuviera en ese grupo, lo lleve a oración y se lo entregue a mi Amado, porque muchas veces, aunque parezca una cosa insignificante nos provoca descontento, molestia y hasta llegamos a renegar porque no estamos conformes con la enseñanza que tendremos cuando pasamos por situaciones que creemos que no favorecerán nuestra vida.
Platiqué con mi hija ya con el consuelo y la guía de mi Amado Jesús, le dije que le diéramos gracias por su perfecta voluntad en todo, que él se iba a glorificar en todo momento sobre nuestra vida.
Llegó el segundo año a cursar de secundaria y cuando nos entregaron los papeles para inscribir, colocaron una etiqueta con el grupo nuevo en que iría cada alumno y a mi hija le tocó el E, cuando se lo dije ella asintió que estaba bien, pero la note triste pues cambiaría todo para ella y le volví a recordar: ¡Dios lo hará! Realmente era algo imposible 47 años que la secundaria ha trabajado así año con año.
Era el primer día de clases del nuevo ciclo escolar y mi hija me dijo: mamá estoy nerviosa, nuevamente la sensación del primer año que ya había pasado, pero Dios tomo el control, la dejé en la escuela, le dije a mi Amado que la abrazara, la consolara, que se adaptará pronto a su nuevo salón, con sus nuevos compañeros, pero que sobre todo ¡se hiciera su perfecta voluntad!
Fui a recogerla a la escuela, ella salió con una compañera del año anterior y le pregunté ¿si también ella se había quedado en el mismo salón? y me contestó: mamá ¡no me lo vas a creer! No sé deshizo el grupo ¡pasamos todos! ¡el grupo completo a segundo F! Mi corazón se llenó de gozo con él de ella, me sentía muy feliz, agradecía a mi Amado Jesús, las señoras al rededor no podían creerlo, decían que ¿cómo era posible? si eso no pasaba, les dije que solo Dios lo podía hacer.
En la primera junta, mencionaron que después de 47 años era el primer año que no se desintegraba el primero F, ¡y hoy mi hija gozaba de este acontecimiento! Le dije a mi Amado, solo Tú, solo a Ti te pertenece lo imposible, porque Tú lo haces posible.
Amada hermana quizá se podría pensar que esto es capricho o que es algo insignificante, pero mi Amado me ha demostrado que para sus hijos ¡lo mejor! Y nuestra estabilidad emocional en esta tierra le importa más de lo que puedas imaginar. No tengas temor de pedirle y clamar, porque su Gloria se derrama también en lo que nosotras pensamos que es insignificante o que no vale la pena llevarlo a su presencia, pero para Él todo lo que nos acontece vale la pena, lo vale todo.
¡Bendiciones!
Elizabeth.
Cordón Llenas de Su Gracia.
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