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TESTIMONIO EL PERFUME DE ALABASTRO.



Mientras tanto Jesús se encontraba en Betania, en la casa de Simón, un hombre que había tenido lepra. Mientras comía, entró una mujer con un hermoso frasco de alabastro que contenía un perfume costoso, preparado con esencia de nardo. Ella abrió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza

de Jesús. Marcos 14:3


Es un placer, una alegría de mi corazón compartí este testimonio en honor a Cristo Jesús, el hacer lo que me pide mi Señor Jesucristo es para honrarlo. El cumplir con Él es lo que me llena. Hoy disfruto de su amor y sé que lo hago por obedecer, pero más que eso, es porque lo amo. Este Testimonio es adoración de parte mía, una entrega total para agradarlo. He aquí, viene mi Rey montado en un burrito. ¡Hosanna en las alturas, gloria al Rey! Este Testimonio comienza con la parte de desobediencia en mi vida antes de conocer a Jesús y pertenecer a Él. Está vida era en rebeldía total hacía mi esposo terrenal, porque mi error fue hacer lo que yo consideraba que estaba bien. En este caso era que cada 24 o 31 de diciembre fechas importantes familiares de este mundo, yo tenía que pasarla con mi familia y no con mi esposo. Le daba más importancia a mis padres y mis hermanos que a mí esposo terrenal como cabeza y líder de mi hogar.


Esto iba a ser punto clave para que mi hogar fuera dividido y afectado; porque mi esposo con sus papás y yo con mis papás no era el diseño original de Dios. Ahora que estoy en Cristo Jesús y Dios me confronta con esa situación discierno que no es parte del orden de Dios, que dejó establecido como una sola carne y solo traería espíritu de división a mi hogar. El perfume de alabastro es lo que el Señor me da de revelación para adorarlo y desarraigar desde la cruz esta desunión. El derramar el perfume en Jesús en mi obediencia y adoración de pasar sola el 24 y 31 de diciembre fue una forma de cancelar lo que había hecho el enemigo de contrato que tenía en mi matrimonio y con fe creer que ya quedaba desarraigado de nuestro matrimonio. El día 24 de diciembre lo pasé en mi casa con mi Amado Esposo Jesús y fue la navidad más hermosa que he vivido; conocí el verdadero amor; con Jesús, bailé, canté, oré, lo alabé, fue la adoración de mi corazón para Él. Que la verdad no hay nada como estar en su presencia.


Aquí ya era una parte cancelada y desarraigada de mi desobediencia de preferir a mi familia, ahora solo faltaba el 31 de diciembre y el perfume tenía que seguirse derramando y ungiendo a mi Señor Jesús. Faltaba el más pesado ¿y por qué el más pesado? porque en México es mayor la celebración ese día y llega más familia, en mi caso fue así; en casa de mis papás llegaron mis hermanos y familia. Siempre era lo que me gustaba compartir con ellos, con mis sobrinos, donde preparaba la cena, nos divertíamos muy apegada a mis padres, y hermanos. Pues todo eso lo tuve que apartar porque dice Jesús por lo tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne Génesis 2:24 ahora se cumple está promesa en mi vida en el nombre de Jesús.


La sangre de Jesús rompió esa noche todo contrato en contra de mi matrimonio, ahora por la sangre de Jesús es unido y está en la Roca que es Cristo como cordón de tres dobleces que no se rompe fácilmente, por fe lo creo. El mejor brindis fue con Jesús y disfrutarlo a su lado como nunca igual. Con este testimonio se sella y se construye un matrimonio sólido y un hogar en la Roca firme. El darle a Jesús el primer lugar te garantiza una vida plena en el amor del Señor para agradarle. ¡A Él toda la gloria! ¡Mi Señor Dios todo poderoso! ¡alabanzas al Rey de Reyes y Señor de Señores!

Dios las bendiga grandemente



Cristina.

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