Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación. Salmo 91,16.
El adorarlo de madrugada me ha servido para darle esas primeras horas a mi Dios, que me ha ayudado muchísimo al encontrarlo, en sentirlo y palparlo.
La madrugada en oración, es una lluvia de bendiciones, la cual trajo a mi vida la forma más bella de orar, con poder en argumentos para llegar al corazón de Dios, también me ha servido mucho para pedir por personas que necesitan una oración de aliento, de vida, de sanidad.
En este caso tengo un testimonio para la honra y gloria del Señor;
Mi tío se encontraba muy, muy enfermo, grave de salud, y este hermoso salmo 91 me dio las armas para orar bajo la luz del amanecer en presencia del Señor, y gracias a también a la hermanita de ánimo, que es una sierva del Señor, me fue guiando para orar en adoración, y es tan Grande y Poderoso este salmo, que en el peor de los casos que se encontraba mi familiar, vi la luz de vida, de sanidad, en mi tío. Él está mejor, ya salió del hospital y se encuentra recuperándose, va mucho mejor. El levantarse temprano es una bendición, porque te encuentras frente a frente con el rostro del Señor para brindarle una alabanza de amor, y te cae como Agua Viva para saciar sed.
Cuando tú empiezas a darle tu corazón y amor sin condiciones al Señor, es ahí, cuando Él se manifiesta grandemente, porque le das ese primer lugar en todo, y es muy fiel, no puedo decirlo, es algo inexplicable lo que se siente, que no le puedo pagar con nada, todo lo que ha hecho conmigo y mi familia.
¡Gracias Señor!
Son muchas bendiciones las que he tenido, día a día, porque el tan solo hecho de despertar, ya es una bendición y alegría.
Ahora veo lo que antes no veía cómo la grandeza de la naturaleza hecha por sus manos, y eso me llena de gozo.
Hoy puedo decir, que el versículo de Deuteronomio 6;5, el cuál un día leí y no lo sentía, ha llegado a mi vida; el amarte con todo mi corazón, con toda mi alma y con toda mi fuerza, hoy sí lo siento, y quiero sentirlo aún más.
Gracias a ti Dios, no me falta nada, porque mi corazón está lleno de ti.
Tengo que seguir alimentándome para no perder esto tan hermoso que siento por TI. Gracias Amado mío.
¡Eres el bálsamo de mi vivir!
Te amo, mi Amado Jesús.
Ana Elizabet.
C3DMINISTERIO.
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