Abril 04 2024
Ustedes servirán al Señor, su Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. Yo apartaré de ti las enfermedades. Éxodo 23;25.
Comparto con ustedes que mi hijo menor, tuvo una infección en el ojo,
tenía una bolita dentro. Una hermana en Cristo es doctora, y me dijo que tenía que llevarlo al oftalmólogo para que esto fuera operado.
A él, seguido se le saltaba una venita debajo de sus pestañas inferiores, siempre se le veía el ojo morado; me dijo que esa misma infección había causado que saliera está protuberancia por dentro, y le iba a estar obstruyendo ese vasito sanguíneo, necesitaba ser intervenido quirúrgicamente.
Para la gloria de Dios y como testimonio, quiero decirles que nunca fui ¡ni siquiera la consulta! le dije: -Señor te pido que tomes control de esto, no quiero que a mi hijo tengan que abrirle su ojo, podrían lastimarle algo más, te pido que seas tú el que lo sane, ni siquiera voy a ir al médico, creo que esto tú lo puedes sanar, esto no debe de estar en su cuerpo.
Conforme el tiempo, se lo entregué a él y no me volví acordar. Hermanas, les digo, tanto se lo entregué, que no se complicó, a veces sí le veía un poco inflamado, pero volví a orar, y en ocasiones se le veía la parte de abajo verde con morado, de que está obstruyendo la sangre, pero ahora, lo volví a entregar. Así estuve, hasta que, hace unos meses, me di cuenta, que, ¡ya no se le inflamaba más! Le creí al Señor, no le estuve revisando la parte posterior.
Como testimonio de verdad para la gloria y honra de mi Señor, ya no hay más obstrucción, ya no hay más esa bolita de carne que le tapaba su vaso sanguíneo, y que hacía que se la inflamara.
¡Dios obra de maneras hermosas! ¡Sé que tú puedes deshacer está bolita, tú puedes deshacer esta infección! Sé que Dios está con mi hijo, y así está con cada uno de nuestros hijos, en medida de que nosotros le creamos cada día más.
Francia
C3D Ministerio.
Comments