Octubre 30 2024
Así mismo vosotras, mujeres, estás sujetas a nuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra sean ganados sin una palabra por la conducta de sus esposas considerando vuestra conducta casta y respetuosa.
1 Pedro 3:1
Alabanzas a mi Rey de Reyes exalto su voz, su amor y misericordia.
¡Grandes cosas ha hecho Jehová en mi vida!
¡Alabo su gloria, gloria al Rey!
Este testimonio es para contar la gloria de Dios, cuando se tiene fe y se hace con obediencia y sujeción a Dios y al esposo terrenal como principio bíblico para bendecir tu vida y matrimonio. Contando desde el principio para entender el testimonio cuando no era seguidora de Cristo me regía por mí misma y decidía lo que tenía que hacer, es decir era necia. No fui sujeta a mi esposo quien me había dicho que usará el seguro social, que él había puesto por su trabajo para mí como su esposa, el cual valoro ahora, pero antes no lo entendía así y como yo trabajaba decidía ir a clínicas particulares, prefería mejor pagar.
Mi esposo siempre me acompañó ir allí, cuando él estaba conmigo, pero para Dios eso no estaba bien de parte mía no hacer caso a la autoridad de mi esposo sobre mí. Dios en su infinita misericordia me hizo entender con la separación de mi esposo y de valorar el trabajo de él en este desierto que yo no mandaba, que tenía que sujetarme. Prácticamente siempre mi Señor me lo decía por medio de mi familia ve al seguro social, ve al seguro. Hasta que escuché a mi Señor después de tantos años Dios cambió mi forma de pensar, mi corazón y ver lo valioso que es tener una aseguranza médica, bendecida por Dios en mi esposo para mí, sea alabado Dios, ¡Alabo su Nombre!
Hoy en día estoy cumpliendo en sujeción y amor a mi Señor Jesús y esposo terrenal cumpliendo mis consultas de control del seguro como obediencia haciéndome los análisis médicos que me mandan hacer. Y todo lo del control de salud de rutina. Para este caso Dios me ha dado un buen médico que cuida de mí, y es que, siendo hija del Rey, mi Papá Celestial me ha consentido y está restaurando está área de salud, la sujeción a mi esposo terrenal vendría hacer cuando le platico que ya estoy usando el seguro médico y me dice él si está bien, entonces debes ir a tu papanicolaou porque siempre él vio que asistía con regularidad cuando tocaba y él se quedó con esa imagen, y dije ¿para qué le dije? pero sabemos que cuando estás con el Señor hay que sujetarte y cumplir, pero Dios es tan bueno que está oyendo todo, que volví a decir sino me manda el doctor no voy, ¡ay, hermanas! cuando Dios cuida de ti, se hace rápido el asunto, no faltó mucho tiempo, cuando en otra consulta el doctor me dice que me tengo que hacer el examen de Papanicolaou para checar y que todo esté bien como de control.
La verdad no me gusta ir al Seguro Social porque a ¿quién le gusta? pero por sujeción y sanidad lo hago, tocaba el día que me armé de valor y dije voy si tú me lo mandas Amado mío, voy, pero dime si es hoy; para eso escuché el versículo de Job 22:28 que dice: "Determinarás así mismo una cosa, y te resultará bien y sobre tus caminos resplandecerá la Luz" entonces dije: voy, ya tengo tu permiso y todo saldrá bien, y fui a la cita dónde harían eso. Como les digo, tengo un Papá maravilloso Celestial que cuida de mí, tanto es así, que no nada más me hicieron el Papanicolaou, sino la prueba de la glucosa y de mama, aquí tenía un poco de miedo, porque me había dolido una de ellas y oraba mucho sobre ese caso, mucho antes y por la sangre de Jesús clamaba de día y noche, porque Dios sanará si es que tenía algo, pero Dios es fiel que cuando pones tu confianza en Dios ese dolor fue desapareciendo y ya casi nada, gracias a Dios en la exploración todo salió bien, Dios me cubrió con su manto y Dios escuchó mis oraciones. ¡Gloria a Dios! para eso Dios puso a una enfermera que fue mi alumna y más confianza Dios me arropó. También me pusieron la vacuna de la influenza y gracias a Dios todo salió bien. La verdad que es alabar el Nombre de mi Señor y ver su fidelidad en su amor por su pueblo. Es un amor inagotable como Él lo dice. No sé rindan, clamen a Él y Él escucha cuando nos rendimos a sus pies y ponemos todo en sus manos. Exalto su nombre y poderío que grande es Dios y digno de suprema alabanza, toda la honra y gloria al Rey.
Gracias Jesús por cubrirme con tu sangre en todo tiempo. Gracias a Dios por cuidarme como a la niña de tus ojos. En tu nombre Jesús, te adoro, gracias, Dios, no hay nadie como tú, maravilloso Señor. Dios las bendiga en Cristo Jesús.
Con amor,
Cristina.
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