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Testimonio de fe y sanidad.


En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción. Envió su palabra para sanarlos, y así los rescató del sepulcro.

Salmo 107:19-20



¡¡Dios les bendiga amadas hermosas del Señor!!

Les cuento que padezco de psoriasis (es una enfermedad de la piel.)

En mi rostro siempre lo he tratado, pero hace un mes aproximadamente no paraba en afectar de manera impresionante esta enfermedad en mi rostro;

pensé que ya me iba a pasar como siempre pasaba, pero transcurridos los días me entristecía y afligía muchísimo, ¡no saben cuánto! y le pregunté a Mi amado Dios ¿qué pasaba? ¿Qué he hecho mal, mi Señor ante tus ojos? dímelo para rectificarme y pedirte perdón.

Pero Dios solo me decía en cada devocional y lectura del grupo ser animada, que confiará en Él (por eso les recomiendo hacer sus devocionales junto con la lectura de la palabra de nuestro amado Señor, solo así se podrá sobrellevar todos nuestros problemas.) Me acuerdo, que oraba más veces por mi sanidad física, hasta incluso me acuerdo, que fui al parque con mis hijos y esa vez le dije: “Señor no me voy de este parque hasta que tú me digas que quieres que haga, Señor, no me voy hasta no escucharte”.


Y saben que amadas, mi Señor en ese tiempo en que estaba orando, en ese parque, sentí la fortaleza del Espíritu Santo, en que continúe tranquila y confiando en Dios, y me sentí aliviada y más tranquila sobre todo, y luego regresé a mi casa y oré en la noche y le dije a mi amado Señor, que confío en él, en que él me puede sanar, y también recuerdo que ese voto de confianza que le di a mi Señor, en esa noche postrada a sus pies, no fue de un momento a otro, no amadas, aún esas cosas toman su tiempo y proceso, a mí, me tuvo que pasar ese problema de mi piel, para que mi confianza en Dios crezca y se centre más en El. Benditas sean las pruebas que nos ayudan a formar nuestro carácter y paciencia. Al día siguiente, un hermano en Cristo, que no veo hace muchos años, me mandó un audio saludándome y dándome esta promesa de mi amado Señor: Aquí la palabra dice: yo les traeré sanidad y medicina, aquí yo les traigo mi paz, y me dijo que descansara y que confié en Dios, ¿saben amadas? Esto de mi piel nadie lo sabía, solo ustedes las del grupo C3D y mi esposo, y tomé esa promesa para mí, y en ese momento, al escuchar ese audio, dije: “Señor gracias, recibo esa promesa de parte tuya, sé que viene de ti”.

Y luego fui a un doctor, le dije a mi esposo terrenal, antes de irme al doctor que me bendiga y bendiga mi salida, y mi esposo oró por mí, muy hermoso como nunca lo había hecho, con las palabras justas y exactas, para me vaya bien ese día, y ese día compré una crema y cuando lo compraba, le decía: “Señor este es el medicamento que tú me has dicho, lo declaró por fe y lo recibo en el nombre de mi Señor Jesucristo”. Fui a mi casa, me eché la crema y para la gloria de mi Dios, desapareció todo el problema de mi rostro; ¡alabado sea mi Dios que cumple sus promesas! y amadas, sé que la psoriasis es una enfermedad que no tiene cura, pero también sé que hay enfermedades que son espirituales, ¿y saben qué? Estoy ahora en eso, en vencer por dentro y espiritualmente esa psoriasis, porque por fuera ya lo hizo mi Señor, ahora quiero vencer y derrotar esa enfermedad con la ayuda de mi amado Señor, porque sola no podré, y les cuento que, ahora empezado con mis ayunos, que hace tiempo los había dejado. Este es mi testimonio, amadas hermanas, espero que les sirva y les ayude;

¡Bendiciones y un abrazo de paz!



He peleado una buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.

2 Timoteo 4:7




Emma de Chile.

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