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Te haré sentir todo su amor.

  • Writer: Cordón 3 Dobleces
    Cordón 3 Dobleces
  • Mar 10
  • 6 min read

Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.

Efesios 6;1,3.



Esto del perdón es tan profundo, que no hubiera imaginado todas las bendiciones que se desatarían en mi vida, sin haber dado el perdón, perdonar y lo más importante: pedir perdón.


Una de las bendiciones más poderosas que él promete, es la honra tus padres, para recibir la bendición del corazón de Dios.


Tuve que darles la cara a mis padres al inicio de mi proceso, e ir a pedirles perdón, por todas mis fallas enumeradas, por la desobediencia que dejé entrar al no honrarlos, y después de todo esto, el camino del perdón continuaba.

Un día antes de recibir una bendición material en mi vida, hubo muchos obstáculos, pero uno grande, fue saber por medio de mi hijo mayor cuanto daño le cause al haberle regalo una laptop y quitársela a los pocos días, por no poder pagarla. Esto tenía muchos años, él estaba muy pequeño, y al llegar al Señor, cuando mi hijo me lo confeso, no imaginaba que daño le había ocasionado esto a nuestra confianza.


El día en que él se abrió conmigo por obra del Espíritu de Dios, pude pedirle perdón y decirle que Dios me dará la provisión para poder restituirle este daño. Después de varios meses, el día en que fue mi cumpleaños, mi hijo llegó con una cajita cuadrada color rojo, y al abrirlo, ¡era un hermoso anillo con una piedra grande! ¡cómo se acostumbran los anillos de compromiso! Para nada era mi estilo, pero no dije nada, solo le agradecí el detalle y al pasar el día, ellos continuaron con sus actividades y se fueron. Estando a solas con mi amado, mientras lavaba los trastes, plasmo en mi corazón, todo lo que había llevado a sentir a mi hijo, me hizo saber que pasó días buscando que darme, que ahorro dinero, que invirtió tiempo y esfuerzo, y ahí me dijo: se comprometió contigo. Esta promesa comenzó a tomar forma, entonces, corrí y caí a sus pies, por lo que había puesto en su corazón, el perdón genuino a mí empezó a llegar y podía ver frutos.


Continúo pasando el tiempo, las oraciones siguieron dándose, y a la víspera de su cumpleaños, mi amado puso en mi corazón una bendición muy hermosa de él, y lo bendije de sobremanera en lo espiritual. Mi amado me regaló verlo con Sus ojos esa mañana, y poder sentir el propósito grande que tiene para mi hijo mayor; ni un instante menosprecie que no hubiera algo material, sino que atesoré como lo veía Jesús y el propósito tan grande que tiene en él, al venir de unos padres a temprana edad, con muchos errores y carencias espirituales, pero que a pesar de que pude perderlo, por mi edad tan corta, Dios le dijo que sí a su vida, y él ahora está aquí; Esa mañana viendo el cielo, supe que todo en lo espiritual ya se estaba dando, lo que había que terminar de perdonarle a él, lo hice, y lo bendije de sobremanera.


Más tiempo durante ese mismo año paso, y antes de llegar el día del amor y la amistad, él me estaba pidiendo permiso para ir a una tienda comercial, y llegando ese día le dije que sí. Esa tarde, lavando los trastes, mi amado (le encanta ministrarme ahí) me dio una visión de una frase que dice Love, y me hizo sentirlo sobre una taza que él mismo me había regalado un año antes, en la misma fecha de los enamorados, y le conteste, ¡eres poderoso, claro que te amo, y si quiero otra! Hasta este momento no le había entendido.


Cuando llegó mi hijo a casa, traía varias cosas consigo, y me dijo: -mamá, compré todo esto pensando en ti. Al decirme la cantidad de dinero, me sorprendí y cuando saco los demás artículos que traía con él, había una taza color negro con rojo, con la frase Love. ¿¡no es maravilloso mi amado!? Guardó todo de mí el Espíritu Santo, instantes antes de que él me dijera: -pero, al sacarlo todo de dónde vengo, me dijeron que era mucho solo para ti, y mejor me ayudaron hacer bolsitas, y ahora esta taza es de mi papá, se la regalaré a él, y ten, solo esto es tuyo. Justo ahí, me dio una bolsita armada de los chocolates que sabe que disfruto, lo abracé y le di las gracias. Sorprendida, continue haciendo todo lo pertinente, y hablando con el Espíritu Santo sobre todo esto, sentía que había más en el fondo para orar; comprendí en mi espíritu lo que le tenía que hacer entender a mi hijo, lo que el Espíritu me llevaba a ver, que esta toma de decisiones son para su futuro, y que lo que Dios le manda hacer, debe llevarlo a término, que influía para cuando su papá y yo no estuviéramos a su lado, él siempre debe de escuchar la voz del Espíritu Santo guiándolo, y solo a él obedecer, la obediencia siempre traerá consigo bendición.


Todo esto pasa siempre para enseñarnos algo, y nunca lo que hacemos con el reino espiritual va a quedarse aquí, sino que es eterno. Mi amado me abrazo, y ahí, sello todo, cuando me dijo en el amor y en el Espíritu: ¡quiero todo para ti! Aquí comprendí, que mi Dios es un Dios todopoderoso, que él nunca nos va a dar menos de lo que él quiere, y cuando me hizo ver en el Espíritu todo lo que le había hecho pensar a mi hijo de mí, todo lo que había juntado por mí, lo que había caminado, escogido, y lo que él me ama, supe que, así como dice su palabra y es tan real, de tal manera amo Dios al mundo que entrego todo lo que tenía y amaba, por mí y por ti.

Entendí y bendije a mi hijo, porque dice su palabra, que él me estaba honrando, y que esta bendición que fue cambiada, alcanzo a su padre, y me goce más de ver la expresión de mi ET, al no esperar que su hijo le diera algo este día del amor, y que esto obró para bien, ahora compartimos en el mundo una taza dada por el Señor, y en el espíritu, ¡el amor de Jesús, con la bendición de nuestros hijos!


Como mi Dios mi había dicho, y sé que no acabará aquí, sino que solo será de más y más apertura, el fin de semana, mi amado nos regaló ir a una fiesta, y ahí, hubo música en vivo, estaba sola, sentada, viéndolos a ellos dos jugar, cuando de repente, comienza a escucharse iniciar la música y me dice mi amado, ve a bailar, ¡sí!, ¡pero claro! Aunque no sepa bailar, me levante, al voltear, el Espíritu Santo me hizo ver a mi hijo mayor, enseguida extendí mis manos y le dije: ¡ven! ¡vamos a bailar!

Él me tomo de la mano, y comenzamos a bailar, en instantes me dijo que sí, no cabía de la emoción, él tampoco sabe, pero no le importo la pena, y ahí, en medio de todo, me dijo mi amado ¡es el primer baile de muchos! ¡eres la primera con la que baila! ¡ten, te regalo su amor! ¡Dios mío! Mis lagrimas querían empezar a caer, pero me contuve, y solo disfrute de ese momento, del primero de muchos, ahí se cayó otro muro, seguimos y seguimos, incluso me cargo, y me daba vueltas, nos mirábamos y reíamos. Es un momento que guardo en mi corazón, porque me lo regaló el autor del amor.


Y solo lo comparto con mucho amor a ustedes, si alguien me hubiera dicho que todo esto pasaría por renunciar al mundo y seguir a Jesús, tampoco le crearía. Hay que vivirlo realmente para saber hasta dónde te llevan todas esas bendiciones del perdón.


Hoy, gozo de una restauración personal, y me gozo que poco a poco mi amado, me regrese el corazón de mis hijos, y nos lleve de gloria en gloria a la restauración familiar; saber que él lo quiere todo de ti, ¡es maravilloso! dáselo, entrégaselo, suéltate, porque cuando Jesús dice: te daré todo, ¡verdaderamente es todo, jamás escatima!



Con mucho amor.




Rebeca.

Cordón de Jesús.

 
 
 

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