Salmos 118:1-5
¡Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre. Que todo Israel repita: «Su fiel amor perdura para siempre».
Que los descendientes de Aarón, los sacerdotes, repitan: «Su fiel amor perdura para siempre». Que todos los que temen al Señor repitan: «Su fiel amor perdura para siempre».
En este bello y poderoso Salmo, podemos recordar, la bondad, la fidelidad de Dios con las generaciones y sobre todo su amor incondicional, un amor que nos repite en varias ocasiones perdura para siempre.
Es maravilloso contar con un Dios inmutable, que permanece fiel a su palabra, un Dios perfecto, que en medio de ese gran amor, nos enseña y nos orienta.
El gran amor de Dios compasivo, paternal y misericordioso, es un amor indescriptible y asombroso, porque no cambia, pero sobre todo, porque perdura.
En una era llena de cambios constantes, relaciones virtuales, exagerado consumismo y cosas que perduran muy poco o desechables, es portentoso recordar el prevalecimiento de Dios en nuestras vidas.
Declarar el amor de Dios a nuestras vidas es esencial para que nuestra alma sea satisfecha solo en él.
¡REPITE!.....
¡GRACIAS SEÑOR PORQUE TU AMOR PERDURA PARA SIEMPRE!
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