Junio 08 2024
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena. 1Cor 13;1
Mi esposo me llamo temprano para decirme si podía preparar de comer, el vendría más tarde, porque había ido al muelle. Llegó después de las 2, la verdad, no lo esperaba tan temprano,
en mi hogar, la mayoría de las veces mantengo cerrada la puerta principal.
El tocó la ventana, y noté que su tono era molesto. Hablo conmigo para decirme que llevaría a nuestro hijo con el peluquero, estábamos platicando sobre los tiempos, cuando el niño de la OM se acercó, y le dijo por su nombre, y mi ET se apenó mucho, el niño repitió el nombre, y exclamando dijo: ¡es mi tío!
Me quedé muy sorprendida porque el niño decía tío, a lo que le dije a mi ET ¿lo conoces? y me dijo sí.
¡Hay hermanas! por un momento sentí un poco de coraje, aquello que muchas veces me rehusé a escuchar de otras bocas, hoy lo estaba escuchando yo misma, por boca del niño.
Cuando ellos se fueron, me puse a orar y decía: el amor todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Pude vencer esta prueba de no reclamar, de quedarme callada. Sentía como el Espíritu Santo me sostenía.
Cuando él regreso, paso directo a la cocina, platicamos amenamente, todo muy tranquilo. De verdad que le doy gracias a Dios, porque Él me da ese dominio propio y el enemigo no logro arruinar nuestra comida juntos.
Alabado sea Su Nombre.
Verónica.
C3D MINISTERIO.
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