"LOS HIJOS SON UNA HERENCIA DEL SEÑOR,
LOS FRUTOS DEL VIENTRE SON UNA RECOMPENSA ".
Salmo 127:3
Gracias Amado Jesús, porque solo tú puedes borrar el pasado que causó mucho dolor y traer bellos recuerdos, llenos de amor, solo tú puedes cambiar lo amargo en dulce y llenar de satisfacción y de nuevas oportunidades que tú nos otorgas.
Cuando mi hija iba creciendo, muchas cosas no quisimos inculcar en ella, como el poner un árbol navideño o unas luces de colores en las ventanas o balcones; y es que hay cosas que creemos que a nuestros hijos no les hace falta o no lo necesitan. Cuando mi et se fue de la casa, mi corazón se endureció, se llenó de amargura y menos me agradaban las luces o el árbol navideño y sin darme cuenta a mi hija le estaba afectando.
Al entrar al ministerio C3D y al comenzar a trabajar en mi restauración personal, el Señor me fue mostrando los daños que había provocado en mi hija, entre algunas cosas, el Señor me mostró que a mí hija le dolía estás fechas navideñas, pues ella siempre quiso poner un árbol y luces de colores.
Un día haciendo la limpieza a profundidad en el hogar, encontré las luces de colores que mi et había comprado hace muchos años atrás y que solo un año se colocaron, esto había sido antes de que naciera nuestra hija y esas luces habían quedado guardadas tan bien que ni siquiera las recordaba; ese día, mi Amado me las mostró, esto fue algo maravilloso como escuchar esa dulce voz de mi Amado diciéndome que las pusiera. ¡Y es que él es tan perfecto, que te dirá que hacer en el momento indicado, en su tiempo perfecto, todo está a su control y en su plan maravilloso!
Me dirigí a mi hija y le dije que en este año pondríamos un árbol, ese árbol pequeño que le habían regalado y que también pondríamos luces de colores en las ventanas, ella se puso muy feliz. Llegó el día de colocarlas y empezamos hacerlo juntas, compartiendo un momento que debimos haberlo hecho antes en todos los años de su niñez, pero este estaba siendo un tiempo perfecto. Cuando terminamos de colocar todo, ella me agradeció y me dijo que cada año ella estaba deseando hacerlo, mi corazón hubiera sido traspasado con dolor con estas palabras, pero no fue así, mi corazón se llenó de gozo porque en su infinita misericordia Dios me estaba dando la oportunidad de cambiar lo que mi hija sintió años atrás y mi Amado me permitió que mi hija sanará está herida en su corazón y por supuesto en el mío también. La abrace, la bese y le dije: hija, nunca es tarde para comenzar de nuevo en Jesús, nunca es tarde para comenzar a llenar ahora nuestros corazones de hermosos y bellos recuerdos para nuestras vidas, que Dios es grande, poderoso, fiel y justo, que nos ama tanto y nos estaba dando una nueva oportunidad.
Mi amado lo endulza hasta el final y también me permitió poner un regalo bajo el árbol, que cuando mi hija lo vio me dijo: solo esto faltaba mamá, así lo soñé siempre ... ¡¡¡¿No es maravilloso el Señor?!!!
Nunca desistamos, nunca pensemos que todo está perdido, siempre hay esperanza mientras haya vida, siempre habrá nuevas oportunidades, porque la misericordia de Dios se renueva cada día de nuestra vida y podemos empezar de nuevo, solo basta obedecer y hacer la voluntad de Dios y pedirle que nos dé una medida más de fe cada día para mantenernos firmes en su palabra y en sus promesas.
Bendiciones.
Elizabeth
Cordón Llenas de Su Gracia.
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