Y se quejan: «¿Por qué ayunamos y tú no lo ves, nos humillamos y tú no lo tomas en cuenta?»
Isaías 58:3
Dios nos habla en este pasaje de cómo los israelitas se quejan porque según ellos están cumpliendo con toda la ley.
Al parecer ellos, aún al estar cumpliendo con todo no progresan espiritualmente.
Lo que sucede es que todo es una farsa, cuando ellos incluso están en ayuno no lo hacen en humillación, sino para orgullo propio.
Jesús les llama falsos e hipócritas, en muchas ocasiones porque ellos están llenos del espíritu de fariseísmo y religiosidad.
Solo que ellos no lo ven, porque están cegados.
Ellos piensan que Dios, no ve nada de lo que hacen pues ellos ayunan, oran y según ellos están en obediencia y hacen lo correcto, sin embargo, para que Dios les bendiga y los exalte a ellos les faltaban, más acciones piadosas.
Dios les dice que cambien que sean sus acciones genuinas y de todo corazón para que él atienda sus ruegos.
Si quieren que el cielo atienda sus ruegos,
¡ayunen, pero no como ahora lo hacen!
Les dice el Señor
Así que, vienen delante de Dios llevando una falsa contrición, dicen "Yo Ayuné” y luego se preguntan porqué Dios parece sordo a sus oraciones, por qué les hace falta en sus corazones, el sentimiento verdadero de prosperar en el Señor para hacer lo que al Señor agrada, hacer el bien para él y para su obra.
Toda su hipocresía religiosa y su falsa piedad, hace que Dios les diga la verdad de porque no están creciendo en él y porque sus oraciones no son respondidas.
Toda su falta de perdón, toda falta de empatía y su falta de ayuda al prójimo, son los obstáculos para que las compuertas del cielo, sean abiertas.
Así que por qué te quejas te dice el Señor si no estás haciendo las cosas como te lo he pedido, si tu obediencia no es total.
Necesitamos hacer las cosas como al Señor le agradan para recibir la bendición completa.
Necesitamos total obediencia para que Dios pueda derramar su bendición en nosotros.
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