Agosto 28 2024
Yo proclamaré el decreto del Señor: «Tú eres mi hijo», me ha dicho; «hoy mismo te he engendrado. Pídeme, y como herencia te entregaré las naciones; ¡tuyos serán los confines de la tierra! Salmos 2:7;8
Este es un hermoso testimonio de mi hijo mayor, hoy por fin llego su anillo de promesa, esa promesa que el Señor le hizo de que estaría siempre con él y que no olvidara que siempre estaría a su lado, que no olvidara quien era su padre, su Dios, su amigo, su todo.
Cuando tuve mi anillo de parte del Señor hace ya unos meses, mi hijo quería el suyo, insistía en que él quería uno, yo le decía que llegaría su momento.
Hace unas semanas el Señor le dio esta hermosa promesa, cuando él me la muestra pone en mi corazón el que era el momento de su anillo, que él supiera que su Padre escucha siempre sus peticiones, que mejor regalo para él que su anillo, el anillo que tanto deseaba para que nunca olvidara quien era su padre, que pasará lo que pasara él siempre estará a su lado, recordándole el gran amor que Dios tiene para él y que no olvide las cosas que ha aprendido, sus mandatos y preceptos. No sabía cómo hacerle para ese anillo, entonces el Espíritu Santo me recordó un lugar donde venden anillos que te dan un mes para liquidar, ese día salimos del servicio y pasamos por ese lugar para tomar nuestro camión, entramos y pregunte, no le quedaban, caminamos otros puestos y encontramos el perfecto, di el porcentaje que pedían, y le dije como anteriormente ya había hablado con mi EC, que yo no sabía cómo, pero que él haría posible todo, que era algo que él había puesto en mi corazón para nuestro hijo. Pasaron los días, una semana antes recordé que se vencía la nota, entonces fui a él y le dije tú sabes que no cuento con ese dinero, pero tu moverás todo y saldrá, en efecto así pasó, él movió todo y llegó el dinero justo para el anillo, ese día tenía que salir y justamente cerca de donde estaba el local. Lo recogí y le recordé a la chica que llevaba un grabado, "Papá siempre contigo" me lo entregaron, llegue con mis hijos y se lo entregue, claro está que estaba muy contento, por fin lo tenía. Sin duda alguna mi Amado siempre escucha, sé que él está obrando en este pequeño para que sea ese hombre. Se que mi hijo es amado por Dios, que fue elegido para ser su hijo, como cada una lo hemos sido, puedo decir que, aunque nosotros como sus padres le fallemos, porque así ha pasado, su Padre Celestial no lo ha abandonado, a cuidado sus pasos y ha estado para él, que mejor recordatorio que ese anillo de promesa de ambas partes.
No puedo más que decir gracias, Amado mío por escuchar sus oraciones, sus deseos y hacerlo de la mejor manera, siempre con un propósito. Gracias por obrar Amado Jesús en la vida de mi hijo, gracias porque sé que él acudirá siempre a ti confiando y sabiendo que tú no lo dejaras ni un solo momento, puede algo pequeño, pero es un obrar enorme para nosotros, es ver tu gloria y poder en nuestras vidas, no es lo material, es lo que representa, lo que tú haces en cada uno de nosotros, de nuestra familia, nuestro hogar. Gracias Amado por tu amor, te amo Jesús.
Elisa.
C3D MINISTERIO.
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