No es una sorpresa que cuando sus discípulos le preguntaron al Cristo cómo debían orar, era necesario él les enseñara qué pedir, asegurándose de dirigirse a su Rey Celestial como «Padre nuestro» (Mateo 6:9).
Poco antes de eso, Jesús les advirtió que evitaran el uso de repeticiones vanas que caracterizan enfoques paganos a la oración (Mateo 6:7).
La ORACION es pedir algo a Dios con intensa súplica.
La oración incluye respeto, amor, súplica y fe.
y es que al orar expresamos impotencia y entregamos a la voluntad de Dios cualquier situación.
Orar nos beneficia a nivel de acción, pensamiento y actitud, debido a ella somos conectados al Padre Celestial y a su Hijo, lo cual lo confirmamos en Juan 15:4-5, solo a través de ella permanecemos y sin ella no hay fruto.
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