Noviembre 02 2024
Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades,
conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Filipenses 4;19
Mi anhelo amado Jesús, es seguir siendo llamada por ti para ir a la montaña cada día de mi vida.
No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, dice un dicho en el mundo, y es real cuando comienzas a verlo desde el Espíritu y caminas con el Señor por los lugares donde te va dirigiendo. No sabía que tenía, hasta que lo perdí, y que comprendí que fue la manera en que Jesús llamo mi atención para seguirlo y entregarme a él, así comencé mi camino a su lado, perdí todo, dejé todo, tanto material como personas, pero después de todo, me dije ¡no tenía nada si no estabas tú! Dice su palabra que: sí el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. Salmo 127;1 ¡Y tan cierto que es!
Hablando de cosas materiales, nunca supe el valor de ninguna, por más nueva y perfecta que fuere, estaba tan vacía, y tan ajena al valor, precio y como ganarlas, desperdicie la mitad de mi vida en la nada del mundo caótico que lleva la fornicación, que el legado que me habían dejado está sumamente en la miseria, tanto física, como mental y espiritual, y esto por más que se lea absurdo o paranoico, es real. Las cosas materiales que con esfuerzo me habían regalado mis padres cuando me junté, no las supe cuidar; la fornicación trae muchos demonios en patota, que uno de ellos que es muy fuerte es el de destrucción, esto también da paso a la langosta, (plaga Éxodo 10) porque claramente no está bendecida la tierra, y todo es consecuencia de la desobediencia y la rebelión. Nada que no sea conforme a la voluntad del Señor y su mandato puede ser bendecido, por más que uno quiera acomodar las circunstancias. Tantos años viviendo en fornicación, lo poco que llegaban a darme, a los meses estaba destruido. Nada se ve bien, y el cansancio está por encima, de eso ni hablar. Jesús me encontró, tal como dice su palabra: Cuando yo te perdone por todo lo que has hecho, tú te acordarás de tu maldad, te avergonzarás y en tu humillación no volverás a jactarte, afirma el Señor y Dios”». Ezequiel 16;63. Pasaron varios años y para este entonces ya el Señor me había dado el proceso sin yo siquiera saber, quede en la calle dos veces, perdí la casa que mis padres me habían dado, con ello todo lo material destruido, todo lo que tenía en ese entonces lo dejé, para esa fecha solo tenía una muda de ropa, y la pena de mi vida, mi vacío tan miserable era refugiarme en los animales, y a pesar de que el Señor me estaba hablando, no sabía que desde mucho tiempo jamás se cansó y llamo mi atención de muchas maneras; el enemigo me había pedido para destruirme, y Él con su infinito amor, no permitió que mi vida fuera tocada. Al tener mi vida, Él podía seguir y seguir llamando a la puerta, hasta que un día me rendí, y por fin comencé a entender el proceso en el Espíritu.
Pasaron muchos sucesos antes de llegar hasta aquí, y en todo eso me enrede más y más con el amor desmedido a los animales que el mundo ofrece, (zoofilia) y por más que el Señor me hablaba y se los llevaba, más hundida estaba, no sabes que estas pasando por procesos, hasta que el Señor toca de manera sobre natural y hace que te rindas, pero después entenderás.
La casa llego y con ella todas las demás cosas, incluida la boda y la salvación, pero aquí, aún había una plaga, y una condición en mi alma que tendría que ser erradicada por completo. Ya había entendido las maneras del Señor, pero aún no conocía su poder de amor, y también de formación, y esta etapa de deshacerme de toda mi condición almática podrida ¡sí que fue dura!
En mi pensamiento creía que todo iba a ser tan rápido que ya, en instantes él me daría todo por completo y sin madurar. Pero con un Padre justo y amoroso no es así, con un Padre que se preocupa y vela por nosotros, no es así, él te enseña y hace que en verdad sanes y aprendas.
Comenzaba el proceso de limpieza, tanto material como espiritual, y entonces, me dispuse a querer seguir lo que él me decía, así que comencé a pedir, sin saber que cuando me dispuse, él también ya había trazado todo en mi camino. En mi pensamiento básico mental, sabía que pedía y él me daba, pero omitía una parte muy fundamental en el mundo espiritual: restitución.
Ore por una lavadora nueva, la segunda que mi madre me había dado, ya estaba vieja, descompuesta y claro en mi mente humana, lo nuevo es mejor, con mi corazón despreciaba la anterior, y aunque si me había servido antes, ahora mi intensión de mejora estaba en ¡otra lavadora! Para estos días, le había dicho al ET que me comprará una nueva que había visto, me gusto y adelante, es más, exigí en mi “derecho de esposa” el articulo nuevo que, aunque la otra podía que funcionara, no quería ya, era más fácil el reemplazo, que ver si servía. ¡Vamos de nuevo, me dijo el Señor! Y a los días, se descompone por completo, tanto fue mi enojo que no comprendía, entonces lo tomé con mi conveniencia y dije claro, ¡ahora si es una nueva! Esto que no es la voluntad del Señor no se dará hasta que él lo disponga, y así es. Había una negativa tan grande por parte de mi ET, que no entendía y solo me enojaba, más y más clamaba, pero el Espíritu Santo me hacía sentir que no era con el ET. Un día, mi et ya enojado me dice que necesitaba ropa, que las cosas no eran así, que la ropa tenía que lavarse cual sea la forma, ¡Dios mío! ¿Que? ¿Como pasó esto? mi corazón se contristo, el caos reinaba, y esto no podía ser, se supone que estando con Jesús todo es amor y belleza, entonces ¿que estaba haciendo falta? ¡Claro, obedecer!
Ese día dispuse toda mi carne y ore, compre jabón, agarre unas cubetas y me dispuse a lavar a mano, sin lavadero, tampoco teníamos, donde sea que pudiera lavar, así lo hacía, la primera vez que lave con las cinco cubetas de ropa, las manos adoloridas y entumidas, ahí sentada con la cadera deshecha por la posición, las lágrimas escurrieron, el Espíritu Santo me llevo a ver todo el pasado, las horas tras horas que jamás lave, que cedi toda mi responsabilidad a otras personas, lloré al ver que desaproveche todo lo que una vez tuve y malgaste mi tiempo y los insumos materiales, desgarre mi alma al Señor, no había experimentado llorar así, no lloraba por no tener, por lavar, estaba experimentando el arrepentimiento del valor, de malgastar mi vida, echarla a perder, y en esas cubetas llenas de ropa, el Señor me mostraba mi corazón perverso, codicioso, idolatra, me llevo a ver lo vacía que estaba mi alma, lo mal agradecida que había sido cada día. Tallando ahí entre unas cubetas con jabón, sola, lloraba y gritaba al ver lo que fui, y lo que el rescato a pesar de toda mi condición, tenía valor para él.
Al terminar, tendí cada prenda como si hubiera sido de oro, cada mecate lo abracé como si fueran hilos de plata, y las llagas que se me hicieron en las manos, me recordaba su misericordia, más pruebas de resistencia llegaron porque era tentada constantemente a rendirme y ceder de nuevo mis responsabilidades, el enemigo traía tentación y conflicto, y entonces comencé a entender, que debía permanecer haciendo lo que me correspondía y cada día lavaba más y más; la paz comenzaba a reinar porque mis hijos encontraban sus cosas y el ET me daba las gracias por prestarle atención, lo que al principio fue un horror se convirtió en una delicia, y cada día me comencé a deleitar con mi amado en esos quehaceres. Al pasar los meses, esto seguía igual, y en una de esas, me dice el ET que me compraría al fin la lavadora, ¡vaya mi sorpresa!
Pero esto no paso, me dijo mi amado en la intimidad con él que no me la podía comprar mi ET, y me dijo la razón, la desgracia de la lavadora pasada fue por todo lo que lavé de los animales que estaban en ese entonces, cometí la torpeza de lavarlo dentro de esa lavadora, al final, en mi corazón, los animales estaban en el mismo nivel que mis hijos, que mi familia, este horrible espíritu inmundo de zoofilia, eso hace, desvirtúa todo y el amor desmedido te ciega, al no haber diferencia. Estaba aún más deshecha, esto ya había abarcado más, ya había dañado la integridad de mis hijos; la pregunta siguió ¿Qué sigue Señor? y tenía qué disponerme a juntar la cantidad necesaria para la reparación, que comencé a investigar, y aquí entendí el tema de la restitución, sea en tiempo, dinero o en acciones, entonces con la disposición de mi corazón, Él obro.
Aquel día, recibí una llamada del ministerio, y el Señor me había mandado por medio de una hermana en otro país, ¡la cantidad exacta de lo que me cobraban para su reparación! Y a los cinco días, después de casi pasado un año, tuve mi lavadora más que nueva, perseguí mi bendición, la abracé y le agradecí al Señor tanto, le dije al ET (por orden del Señor) el testimonio y por qué no pudo el comprarla, y le pedí junto con ello perdón por el lugar de los animales. mi ET me dijo que, si ya tenía lavadora, entonces me compraría la estufa, que esta tampoco había. Y a los meses, antes de navidad y antes de que se fuera de viaje de negocios, ¡tuvimos una estufa nueva! preciosa, tal y como la soñaba, ese mismo diciembre parla gloria de mi amado Esposo Celestial, fue el primer diciembre que cocine la cena de navidad por inspiración del Espíritu Santo, y cuando prendí el horno por vez primera en esa estufa, las lágrimas rodaron de agradecimiento, hace meses atrás estaba pasando las pruebas difíciles y no me dejaste rendirme, me dices que nada es en vano; y ahora estabas a mi lado, no había ya animales, mis hijos y mi ET ocupaban el lugar que les corresponde en mi corazón, sin competencia, sin lucha y sin contienda por otra cosa o por otra persona.
Nuestro Dios de orden había establecido todo en su lugar y podía tocarlo, Él me dijo que permaneciera donde me correspondía, haciendo lo que me correspondía y él se encargaría de poner todo en su lugar, y así lo cumplió, así lo ha cumplido, he permanecido firme haciendo lo que él me indica y he podido ver su mano poderosa obrar en mi familia, asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. Filipenses 2;6
Hoy te comparto, que no es la estufa o la lavadora, ni una casa, no es lo material, sino lo que ocupa en el corazón, y su palabra dice, Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Filipenses 4;19 El proveyó su amor, y su misericordia en esta mujer horrible, la tomo y la transformo para su gloria, él vio más allá de mí, de lo que jamás creí que yo era, y a su lado he podido ver que si buscas primero el Reino de Dios y su justicia todo lo demás será añadido, y Él cumplió, añadió paz, justicia y gozo, añadió Su reino en mi hogar.
Si estas pasando un proceso, cual sea que él te dirija, no le creas al enemigo que ya es tú fin, ve sus ojos de fe, solo velo a él en esa dificultad, porque verlo a él es todo lo que necesitas. Gracias Jesús por esperarnos y jamás rendirte.
...puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12;2.
Rebeca.
Cordón de Jesús.
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