No existe la pareja perfecta, no existe la casa perfecta, no existe los hijos perfectos, no existe el trabajo perfecto.
Lo que sí existe es Cristo Jesús que ha llegado a sus vidas para transformarlas, y recordarles que a través de su palabra cada día pueden ser mejores.
Existen las nuevas criaturas que confesaron a Cristo Jesús como Señor, y Salvador, que han decidido renovarse y trabajar en esas imperfecciones, de la mano del todopoderoso para que de su alma, sea depurado todo aquello que no se alinea a su diseño original y perfecto.
No existen las personas perfectas, pero si tenemos un Dios perfecto que obra en nuestras vidas, para podernos encontrar en él y rescatar de nuestra vida todo lo vil, todo lo deteriorado para poder sanarlo, restaurarlo e ir perfeccionando cada área en nuestro ser.
Tenemos un Dios transformador, que nos ayuda cada día a ser mejores, por ti y para ti.
Mateo 5:48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
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