El enemigo no quiere que alcances las bendiciones de Dios para tu vida.
Él no te a poner un escenario trágico, algo de antemano sabes que está mal.
Satanás, va utilizar la influencia una vez más y hay muchas personas que el enemigo puede utilizar, por ejemplo, tus familiares, tus amigos, tus emociones frustradas, tus proyectos sin concluir, todo esto proviene de la carne, el enemigo, se mueve basado en esas emociones, en eso que deseamos, nos tienta porque con estos pensamientos alimenta nuestras lujurias.
Hay una raíz, que es el menospreciar las bendiciones de Dios en tu vida, estas dudas hacen cambiar en la mente y te llevan a entrar en tentación, el enemigo suavemente se infiltra para al final producir un dolor interminable, al dejar una emoción no sanada.
Génesis 25: 31 - 34 “Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura”.
Debemos de tener cuidado de no cambiar ni menospreciar las bendiciones de Dios, así como lo hizo Esaú cambio la bendición, por un sentimiento por una emoción, por una necesidad no suplida en Jesús y buscar que sea el mundo, otras personas o nosotros mismos sea quien supla.
Recordemos que nuestras emociones son pasajeras, son engañosas son efímeras y si no, están canalizadas en Jesús, nos pueden llevar a este tipo de destrucción.
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