El desamor o decepción, es algo que hemos experimentado muchas veces, la tristeza y decepción son sentimientos que están enraizados desde la niñez.
No es nada particular que las canciones seculares hablen más de tristeza, dolor abandono y rencor.
Algunas personas al cantar sienten desahogo, y se identifican con la letra, por ejemplo, desde la niñez fuimos decepcionados cuantas veces no tuvimos o hicimos peticiones a nuestros padres, tutores y/o familiares y lo solicitado quedó en el olvido, causando severas heridas en nuestras almas.
Cuantas heridas nos hicieron al no cumplir lo prometido, trayendo decepción y sentido de perdida a nuestras vidas y todo eso solo, por declarar con canciones nuestra forma de vida.
Traiciones y engaños por parte de amigos y parejas son parte de lo que declaramos al cantar esas canciones seculares, cuyas letras entonamos infinidad de veces.
La Palabra de Dios nos invita a declarar solo palabras de bien para nuestras vidas, el Señor Jesús nos reitera la importancia de cada una de nuestras palabras, pues ellas determinan el rumbo de nuestras vidas.
Proverbios 18:21 Lo que uno habla determina la vida y la muerte; que se atengan a las consecuencias los que no miden sus palabras.
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