Necesitas adorar con libertad, pero aún no eres libre para hacerlo y es que…
¿Con qué te has quedado de tu antigua vida?
¿Qué parte de ti, no le has entregado?
¿Qué no te permite adorarlo con libertad?
¿En qué momento hay un alto en tu ser, para adorar?
Y es que la adoración requiere libertad.
Quizá de aquello que no sueltas y que él te ha pedido para transformarlo, y tú lo has retenido por voluntad propia.
¿En qué parte de tu vida, no confías en él?
¿Qué personas de tu vida, no le has entregado?
¿En qué no confías en él o a quienes no le confías? porque su palabra dice que en él podemos vivir confiados.
No te has podido entregar completamente, aunque su palabra dice tu eres de él y que él es tuyo.
Entrega todo aquello que no te permite entrar en total adoración.
Ve aquel que te ama en todo momento, lleva tu vergüenza, lleva tu necesidad, permite que te quebrante, permite que te levante, permítele explorar cada rincón de tu vida, de tu corazón y de tu alma, para que puedas experimentar libertad de adoración.
Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre
porque has hecho maravillas. Desde tiempos antiguos
tus planes son fieles y seguros.
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