Agosto 12 2024
Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que venga yo y hiera la tierra con maldición. Malaquías 4:6
Le doy gracias a Dios por todo lo maravilloso y poderoso que ha hecho en mi vida y le doy la Gloria porque me ha regalado la bendición de tener un matrimonio restaurado y el padre de mis hijos está en casa.
Mi esposo está teniendo muchos cambios en su trabajo, es un padre que está al pendiente, es un padre que provee, que está al tanto de ellos, que haya orden y que se cumpla también las actividades, todo eso ya lo había, gracias a Dios por lo que nos ha revelado para orar como conviene, pero había algo que sentía yo, que en algún momento sentí, el trabajo lo empezó a absorber mucho, ¡gracias a Dios por ello! porque también son oraciones contestadas.
Tiene un mejor puesto, tiene un mejor salario, con ello, tiene muchas más responsabilidades, pero hace unos días, en mi corazón había algo, una necesidad de orar porque, aunque mi esposo terrenal es el que da los permisos el que sabe lo que hacemos, había algo en mi corazón y no sabía cómo decírselo al Señor, a él y expresar lo que se sentía.
Él nos conoce perfectamente y sabía lo que mi corazón deseaba, la necesidad que había fue de repente era algo profundo y espiritual.
Y aunque como hemos visto en La Marcha de su Hogar, nos toca a nosotras ser la autoridad, nos toca nosotras estar al pendiente de sus hijos, lo que yo deseaba no era algo que quitara mi responsabilidad, ¡nada de eso! simplemente era un sentimiento que le pedí al Señor que él tuviera para con los niños, estar más involucrado, no físicamente, no materialmente, ni espiritualmente, sino profundamente, que su corazón estuviera en el hogar, y es una realidad que, en este versículo de Malaquías, no solo involucra que vuelvan físicamente, sino cada área tiene que ser nuevamente restablecida y muchas de ellas restauradas.
Solamente levante una pequeña petición a mi amado, una que ni siquiera sabía cómo pedirle, pero él conoce mi corazón, no tenía nada que ver con evadir mis responsabilidades, no tenía nada que ver, porque él ya hace muchas cosas, era estar al pendiente e involucrado con ellos desde su corazón; y solo bastó un día, para que mi amado me empezara a mostrar ¡que me había escuchado!
Solo bastó levantar una oración pidiéndole al Señor que se involucrará más en los niños para qué de así de repente llegará la respuesta y cada vez que pregunta durante el día por ellos, ya no solo lo hace por preocupación, seguridad, responsabilidad como papás, sino porque su corazón está involucrándose con ellos en sus actividades, en que es lo que hacen.
Es muy gozoso ver que con una llamada o con un mensaje sé que su corazón está al pendiente de sus hijos en amor no solo como la cabeza de este hogar, sino con un corazón que Dios ha transformado y que lo ha regresado a sus hijos totalmente.
Para la gloria del todopoderoso Cristo Jesús.
Francia Ramírez.
C3D MINISTERIO
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