LE PEDI COMPASIÓN.

En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes.

1 Pedro 3:8

En nuestra congregación hay un tiempo para la adoración a Dios.

Durante este tiempo, solo alabamos a Dios, solo lo bendecimos, hablamos de sus cualidades de lo grande y lo maravilloso que es él.

Tomamos nuestro lugar de adoradores para poder exaltarlo y estamos realizando el diseño para el cual fuimos creadas.

Ya al finalizar este tiempo donde solamente lo alabamos y lo bendecimos, mi Espíritu Santo me llevó a pedirle algo qué hace que él mire, que él nos vea, que él mueva su corazón hacia nosotros, le pedí humildad, pero también le pedí compasión.

Justo en ese momento, debido a una alergia tuve que ir por un poco de kleenex, y ahí, vi que había un mensaje en mi teléfono, justo en ese momento me avisaban que había partido a la presencia del Señor el hijo de una amada muy querida de este ministerio, y mis palabras al Señor fueron esta oración, fue inmediata, sentí un dolor muy profundo en mi corazón, una compasión tan grande por esta hermosa mujer, la cual he pasado mucho tiempo a su lado, me contristé demasiado y me llevó a orar en ese momento para que fuera sostenida durante este proceso.

Y es que, necesitamos un corazón humilde para poder movernos a compasión por otros, esta fue mi oración del día y tuvo una respuesta inmediata.

Les animo a llevar oraciones más profundas, buscando cada día tener más del carácter piadoso de nuestro amado Jesucristo.

Francia Ramírez.

C3D MINISTERIO.