Un día como muchos la mujer Samaritana había ido al mismo lugar quizás a la misma hora, quizás con el mismo pesar, con sus mismos problemas, un día común que ella despertó y su día había transcurrido normal y cotidiano solo hasta las doce del día , todo parecía igual para ella pero no para Dios, pues el ya había decidido que era necesario que nuestro Señor Jesucristo pasara por Samaria, pues el tiempo de nuestro Dios es exacto y perfecto el ya tenía decidido cambiar la vida de esta mujer.
No creas que Dios no ve lo que te sucede el está al pendiente y está listo para darte el agua nueva, el agua viva para refrescar tu vida por completo, está ahí esperándote aún cuando tú día parece que no tiene nada diferente ahí está el listo para cambiarte la vida y regresar el gozo a tu ser, Dios es espíritu, y los que lo adoran, para que lo adoren como se debe, tienen que ser guiados por el Espíritu.
Se acerca el tiempo en que los que adoran a Dios el Padre lo harán como se debe, guiados por el Espíritu, porque así es como el Padre quiere ser adorado, ¡Y ese tiempo ya ha llegado!
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