Jueces 13:7 Pero me dijo: “Concebirás y darás a luz un hijo. Ahora bien, cuídate de beber vino u otra bebida fermentada, y no comas nada impuro, porque el niño será nazareo, consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte”».
Está fue una promesa, que le fue dada a los padres de Sansón.
Sansón nace, y el Espíritu Santo viene sobre él.
Dios prometió que iba a estar con él desde su nacimiento y hasta el día de su muerte, y aunque la vida de Sansón siempre estuvo acompañada de la presencia de Dios, Sansón no se dio cuenta cuando el Espíritu de Dios ya no estaba con él.
El Espíritu de Dios se aparta de la vida de Sansón cuando esté reveló su secreto, el cual era parte del voto con él fue consagrado.
Sansón no sabía que el Señor ya no estaba con él. Aun así, vemos, que Dios cumplió su promesa en la vida de Sansón.
Después de hacer muchas veces su voluntad y no la de Dios en el momento en que Sansón se arrepiente el Espíritu de Dios vuelve a su vida.
Sansón oro pidió perdón pidió otra oportunidad, esto después de ser capturado por los filisteos y que lo dejaron ciego.
Es así como Dios le perdonó y cumple la promesa a Sansón de estar con él por toda su vida.
Tenemos un Dios único y sobrenatural porque Sansón también cumple con el propósito por el cual vino a esta tierra, que fue para derrocar y matar a los filisteos.
Y fueron muchos más los que mató al morir él que los que había matado durante su vida.
Necesitamos establecer la bendición del Señor en nuestras vidas y no desviarnos del propósito por el cual fuimos llamados.
Mantente firme, sin fluctuar, es decir, sin moverte, inconmovible, sin vacilar. Porque fiel es el que prometió.
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