Es necesario trabajar día a día en nuestros sentimientos y también en
Nuestras emociones ellas residen en el alma.
El alma está hecha de nuestra mente, voluntad y emociones: nos dice lo que pensamos, lo que queremos y cómo nos sentimos.
De estas tres áreas del alma, son nuestros sentimientos los que se agitan más rápido.
En otras palabras, la sabiduría y el discernimiento del Espíritu Santo en nuestro espíritu se ahoga fácilmente por los gritos de nuestras emociones.
La Biblia dice que esto «vivir en la carne» no agrada a Dios. Esto no significa que Dios no nos ama. Lo que significa es que Él no está satisfecho ni aceptará el comportamiento carnal.
Sin embargo, una vez que comprendas cómo funcionan las emociones negativas, puedes superarlas.
Nuestra alma puede ser fuerte, pero nuestro espíritu puede ser más fuerte si los fortalecemos al pasar tiempo en la presencia de Dios.
Entra hoy en la Palabra y dale a tu espíritu la fuerza para superar tus emociones.
Deja que te invada la influencia del Espíritu Santo.
«Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no Le ve, ni Le conoce; pero vosotros Le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros» (Juan 14:16-17).
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