El aroma más agradable para Dios no es una vida perfecta y sin mancha, sino un corazón roto y quebrantado.
El mundo espiritual es mucho más real de lo que nosotros nos podemos imaginar y cuando vivimos una vida de intimidad con el Espíritu Santo, los demonios pueden oler a Cristo en nosotros y podemos caminar victoriosamente en Jesús.
Hagamos una búsqueda diaria de Jesús, para tener ese aroma agradable.
2 Corintios 2:15-16
Porque fragante aroma de Cristo somos para Dios entre los que se salvan y entre los que se pierden; para unos, olor de muerte para muerte, y para otros, olor de vida para vida. Y para estas cosas ¿Quién está capacitado?
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