No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:11-13
Todas las cosas estoy instruido dice Pablo tanto abundancia como para sufrir en la necesidad.
El contentamiento es la armonía de nuestros deseos, con la voluntad de Dios, es Dios mismo quien marca nuestro destino y en muchas ocasiones lo que Dios ha decretado es un tiempo de aflicción para nosotros, en otras un tiempo de abundancia y en ambas circunstancias es nuestro deber el estar contentos.
Recordando en todo tiempo que está sentado en el trono, gobernando con justicia y autoridad.
El apóstol Pablo nos enseña que su fortaleza es Cristo, aprende el verdadero contentamiento, qué es estar en Cristo en todo momento, se da cuenta y derriba que todas aquellas fortalezas físicas, pero sobre todo mentales y emocionales, que le impidieran estar contento, todas esas fortalezas son derribadas y se queda con la única fortaleza, con la que le provee esa necesidad de estar en paz, de estar en gozo, de estar contento que es Cristo Jesús.
¿Cómo lo aprende? Dejando atrás todo aquello que le estorba para vivir en el verdadero contentamiento que es a la manera de Cristo, como él le está mandado a vivir, ya sea para su propia experiencia para darle crecimiento espiritual o como parte de su apostolado, eso es para dar Testimonio a otros del poder de Cristo en nuestras vidas.
Lo más hermoso es lo que debemos aprender y es a estar contento en todo tiempo porque él está con nosotros,
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