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¡Hay poder y victoria en el Nombre de Cristo!



Agosto 31 2024

No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora. 17 Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. 18 Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. 1 Samuel 1;16;18.



Toda la honra y la gloria al que es digno de alabanza al único Señor y Dios Verdadero que hace de lo imposible todo posible.


Hace un mes estaba atravesando por diversos procesos, unas situaciones en las que no lograba entender lo suficiente, pero no podía ir hacia atrás ni detenerme. El proceso de la sanidad de la fornicación seguía vigente, pese a que entendí que ya había quedado saldado, pero aún había algo que tenía guardado en el alma y debía quedar sanado, no podía pasar al siguiente proceso, no podía dejar de avanzar, pero era doloroso preguntarle al Señor porque en la intimidad con mi ET, ¿aún seguía teniendo problemas? ¿Por qué Señor no me salvas de estas situaciones tan dolorosas? Sentía la necesidad de decirle a mi EC por qué aún no estaba bendecida. Pasaban los días y en una ocasión teniendo intimidad con mi ET hubo sangrado y mucho dolor, (a los días me fue revelado el porqué del sangrado) no aguantaba el seguir teniendo intimidad y tuve que decirle que debía ver aún doctor, él, dudoso al principio no accedió, (el Señor es el único que puede hacer entender, una solo debe esperar en Él) pasaron dos días y seguía el dolor, un domingo no aguante más, y él junto con una hermana que me visitaba vio el dolor y la inflamación en el abdomen. Tanto era ya el dolor y mi espera en el Señor, que en ese momento mí ET me dijo: mañana lunes te vas al doctor, paso siguiente, me dio todo el dinero para cubrir los gastos.

A los pies del Señor oraba, ¡gracias por tú amor! y vale la pena tú espera, no importa lo que sea, por favor solo que me den el diagnóstico correcto, oraba por el doctor, el día y todo lo pertinente. El lunes tenía la consulta a las doce y las oraciones en el grupo poderoso de mujeres grandes y fuertes en la fe de este ministerio ya estaban cubriendo para que todo fuera de acuerdo al plan de Dios y Su Voluntad. Las doce llegaron y con ella la revisión, el doctor al hacerme los estudios pertinentes en la vagina, había visto mi abdomen muy inflamado, para esto me hace un ultrasonido en esa zona, y el diagnostico fue: -una hernia doble que tenía degollándome el intestino, eso me afectaba porque podía seguir una peritonitis. Me impacto, pero él seguía diciendo, ¡es urgente una operación de emergencia, lo antes posible-.!

Con todo este resultado, mi vagina seria lo último en lo que me podría enfocar. Me mando hacer los estudios, y me daba los resultados en ocho días, junto con esto, me hizo un documento el cual explicaba que era lo que tenía, y para los fines que convenian. Sali de ahí con una fe grande, avisando a todo el ministerio, y esas mujeres que están respaldadas por Dios seguían orando por todo esto. La noticia se la di al ET, y ahí fue el proceso que diera paso al siguiente, Dios estaba trabajando con él en toda la medida, y en esto tenía que estar pendiente de todo, tenía que ver por mí, y ver por todo lo que Dios le hacía llegar a su corazón; el Señor dio la orden de hablarle a mi mamá, que tenía que viajar, y en eso estar a mi lado en esto tan grande ¡una cirugía! Pasaron tres días en los que buscábamos un hospital que se adecuara al dinero que teníamos, y en esos tres días, él Señor me había levantado a orar a las 3 de la mañana. Oraba por la cirugía, doctores y porque el me diera lo que él quería, que fuera su decisión, no la mía, estaba dispuesta incluso a morir. Mi vida es de él. Aquí estaban a mi lado en oraciones constantes, y en una ministración en una alabanza que mi amado me dio, oraban por la sanidad, impusieron manos, y creí en ese momento, aunque estuvieran en la tv. Impuse mis manos sobre mí, y solo decía mi Dios de milagros y maravillas da el poder, él tiene el poder para resucitar, solo Él.


Al tercer día, el jueves, el Señor puso en mí ET y su mamá que contactaran a un gastroenterólogo por el cual también se oró e ir con él a la valoración. Al llegar ahí, yo seguía con dolor, él me reviso, y dijo: ¡que no tenía nada! Aunque hubo unos comentarios más, los cuales me hicieron molestar, no entendía nada, ¡no iba haber cirugía! ¡Dios maravilloso!

En ese momento, todo el medicamento llego, las recetas y el cambio radical de comida, al instante ya era otra; al llegar a casa entendí por revelación del Señor que no es que yo quisiera la cirugía, sino que para eso me había preparado, pero no me importo mi vida, si era para él, y mi Amado paso de mi la copa, y me dio el milagro, el Espíritu Santo me dio la revelación de que todo lo hizo al tercer día, por eso, como a Lázaro al cuarto día el Señor llego en esa consulta. ¿Cómo no servir al Señor? ¿cómo no amarlo?


Con todos los cambios de alimentación él estuvo presente y todo, aunque tardara, me decía espera, llegara, y así era, todo se cubría durante las tres semanas que duró este tratamiento, hasta su término.

La siguiente semana llegó en jueves y tenía que ir por los resultados del ginecólogo, los que estaba por entregarme, oré por los obstáculos para ir a darle mi testimonio al Doctor que me había visto la hernia, ¡asombroso! ¡Dios de maravillas! Le conté todo como había sido y que Dios obró con gente muy fuerte en la fe, él se impactó y aunque quise hablarle más de Jesús, hubo un alto. Al instante me da los resultados de los estudios y estos dicen: sana totalmente. ¡Nada! ¡no tenía nada! Y él me dijo, vete no tienes nada, solo era una irritación, estás sanada; con esto yo escuchaba al Espíritu Santo decir: vete hija, tú fe te ha sanado. Les di las gracias y fui a los pies de mi amado en ese instante, ¡sana totalmente! Alabé al Señor y le dije gracias por todo, este resultado era el completo de la fornicación, no quedaba ahora sí ni un residuo. ¡Nada! Hablé con el ET y le dije que solo faltaba su resultado, ya que él también estaba atravesando por estos problemas, con otro doctor, se trataba unas piedras en su vejiga al mismo tiempo. Alabé al Señor y le dije gracias ya no hay nada, estoy sana por completo gracias a ti, mi amado Jesús.


Esa noche dormí espectacular, y al paso de las horas, me fue puesto en el corazón un peso tan grande que le dio la vuelta por completo a mi ser y mi alma. El Espíritu Santo me había revelado que el sangrado que había permitido que pasará, había sido por la rebeldía que tuve al mutilar mi cuerpo con una salpingoclasia, cuando nació mi hijo menor. Y aunque lo había rendido muchas veces, este proceso estaba vigente y necesitaba ser sanado ahora. Cuando esto me llegó al corazón, me revolqué en la cama pidiendo perdón, en mi físico quise operarme, con todas las cosas que perecí por la falta de conocimiento, como dice Su palabra, pero en mi corazón siempre quise seguir teniendo hijos; y ahí le entregué la promesa que Él me dio hace años de ser madre de nuevo, en ese instante, le dije solo quiero tú perdón, solo déjame saber que soy perdonada por ti, te entrego este hijo de la promesa, pero no me quites tus ojos. Al instante la paz llego, y pude dejar de llorar, el Espíritu Santo me abrazo y descansé. Al pasar los días, el Señor en intimidad me dijo: te he santificado; y hoy gracias al poder de su amor, puedo saber que esta promesa sigue vigente y que ha cambiado mi vida por completo, que todos los procesos me prepararon para esta promesa que estoy por recibir, y que el Señor me ha entregado.

Al principio no entendía nada, pero hoy puedo decir que a él sea toda la Gloria a él sea toda la Honra, solo por su poder podemos seguir, solo por su poder podemos alcanzar las promesas y creer que él es fiel y que jamás miente; hoy te doy la Honra y la Gloria porque la obediencia al seguirte y renunciar es lo que mantiene la victoria. Amo a todas las personas que son parte de esto, y que mi amado me ha dado, para hacerme sentir su amor, son parte importante de este proceso, el amor jamás dejara de ser, hoy sé que seré mamá de nuevo y que solo es por su poder. Hoy puedo decir que esa promesa es vigente y que todo lo que pasó solo me preparaba para recibir esto tan grande, a él sea toda la Gloria.


¡No te rindas! No te detengas tú milagro ya viene, tú promesa ya está aquí, no te rindas porque fiel es el que promete.

Todo honor y toda gloria porque todo lo que nos da es de él para Su completa gloria.



Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.

1 Samuel 1;18











Rebeca.

C3D MINISTERIO.

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