Noviembre 16 2024
Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición. Malaquías 4;6.
Una de las cosas que me había sido demandada cuando inicié con el Señor, había sido que no fungía el papel de madre, y aunque en lo físico, claro que pensaba que, si lo hacía, en mi corazón y lo espiritual no había una madre en la casa, parece ilógico pensar que, si llegué a trabajar para ellos, y todo giraba en torno a ellos, entonces, ¿porque Jesús me decía que no había amor?
Sería mucho tiempo después, y sanación personal, lo que me llevaría comprender que amaba por título, no por elección. El amor por título es “porque son mis hijos” me toca, pero la elección de amar es más profunda, elegir amar es un todo que hace que Jesús se muestre. Amar por elección, es lo más hermoso que llegué a comprender, ser elegido, ser instruido, elegir todos los días una vez más, es lo más limpio y puro que su amor enseña. Amarlos porque decides hacerlo, a pesar de ti, a pesar de que ellos no quieran y de todos, eliges amar y renunciar al mundo, a todo por obediencia, por amor.
En el transcurso de este recorrido, que para nada acaba aquí, fui comprendiendo que lo que se debía desarraigar, limpiar, y llenar, dentro de mi corazón y en todo el proceso son las decisiones. Solo se decir que el poder de su amor ha sido lo que transformo esta familia. Ustedes, los padres, no exasperen a sus hijos, sino edúquenlos en la disciplina y la instrucción del Señor. Efesios 6;4. Inicié llorando bajo un árbol frente a su escuela, ahí, mi mundo se derrumbó, cuando supe que todo lo que tenía en mí, había acabado. Ese día, el Espíritu de Dios me hizo darme cuenta de que no me quedaba más, que las películas, las noches de chicos, la comida chatarra, y las anécdotas bobas, habían llegado a su fin, vi mi mundo derrumbarse en la totalidad de la niñez, ¿Qué tenía más para darles? Ese día que el Señor me mostro todo cuanto había comenzado al revés en mí, supe que ellos algún día crecerían, y que eso estaba llegando, era inevitable. Nosotros ya no les seríamos suficiente, ¿Qué sigue? Jesús me fue guiando, desde, hacer por vez primera un arroz, hasta por completo renunciar a la vida que llevaba por hacerme totalmente cargo de lo que me correspondía, aceptar mi responsabilidad total como madre y en ese momento, también debía dejar la contienda, mi propia adolescencia tardía y con ello dejarle la totalidad del mando por obediencia a su papá.
Esta parte fue muy dura, el egoísmo y la arrogancia hace que te creas superior a todos, y el menosprecio llega, no me sentía segura dándole a su papá el lugar de cabeza, esta responsabilidad de hacerse cargo solo él, pero Jesús me decía que confiara, que así debía ser, que el varón es quien está capacitado para esto, que descansará, que me sometiera por amor a mis hijos. Mientras la batalla interna llegaba, y Jesús tomaba el mando, me reúse a renovar mi mente, seguía sin pensar en que ese adolescente con el que inicie una vida jugando a los papás, también estaría atravesando por su propio proceso, y fui egoísta. Más tiempo paso, y consigo todos los procesos juntos, los de los niños, y los de nosotros como “padres”. Pero en el corazón, el temor y el ídolo aún estaban reinando, no lograba comprender que mi lugar de esposa era justamente ese, ser esposa y madre, no ser el referí en medio de otras personas, no somos mediadores, somos madres, me repetía. Diversas pruebas pasaron para llegar hasta aquí, y aceptar rendirme por amor, pero se decir que ninguna batalla es en vano, todo ha obrado para bien, cada oración, cada desaliento y cada día perseverando, me trajo hasta este momento, y nos trajo como familia.
Hace un tiempo, los obstáculos para elegir a mi hijo mayor, en vez de a su padre se empezaron a suscitar, y una noticia que destrozo mi corazón me llegó, él me había confesado algo, de lo cual lo apoye tanto espiritual como físicamente, pero de esto no estaba enterado su padre, el alarmante suceso se repitió por segunda vez, y fue más caótico, entonces ahí, dejé todo en las manos del Señor, me di cuenta que con esto podría causar un daño mayor más adelante, que se saldría todo de control, y que la desconfianza, mentira y complicidad iban a ser mi perdición si algo más pasaba aquí, el ocultarlo de mi et, sería dañar todo el voto de confianza y lealtad que Jesús nos da de respaldo con ellos; el Espíritu Santo me reveló que estaba siendo usada por mi hijo para una división familiar, levante la ayuda pertinente en oración y le dije que no sería cómplice de sus actos, que debía hablar con su padre. El tiempo paso y él no se atrevió, entonces no repetí nada, dejé todo en las manos del Señor, como me había sido ordenado, pero sin darme cuenta estaba entrando a una prueba de total sumisión; al pasar los días, otro suceso perjudicial llegó a la vida de mi hijo, y el repitió el mismo patrón, venir a mí, ¡esta vez no lo deje hablar! y le dije que primero fuera con su padre. Fue dura su sorpresa, al ver mi cara apartarse de él e ignorarlo por completo. Al salir él de mi recamara, comencé a orar para romper todo lo que se hubiera mezclado en mis generaciones pasadas de parte de mi madre, y de la madre de mi esposo, corte todo pacto que hubiese, y en ese momento, me decidí a elegir por completo el bienestar de mi esposo.
Al pasar los días, más cosas pasaban, y ni un día decidí elegir por mi hijo, ni el mayor ni el menor, rompí que ellos hablaran mal de su padre a sus espaldas, ore que ellos no hablarán nada de sus padres, y que honraran como dice su palabra, a sus padres, y los bendije. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; Efesios 6;2. Al pasar los días, mi hijo tuvo que ir hablar directamente con su papá sobre el problema que había tenido, después de esto, mi ET se acercaba y me contaba como se sentía, él me conto todo lo pertinente sobre el tema. Pero el día en que él me estaba contando en una forma que jamás habíamos tenido estas platicas, mi corazón se desbordo, y sentí algo más, como no sabía que estaba pasando, claramente lo hice mal, y mi ET me respondió enojado, ahí comprendí el reprendo del Señor, diciéndome ¡alto! Cómo sentí un terreno muy nuevo, mejor me detuve y guardé silencio a las conversaciones futuras, para no arruinar una bendición espectacular. Dejé que él se expresara conmigo todo lo que quisiera, pero me mantuve en silencio, dejé que él dijera como quería actuar ante esto y que sentía, y por primera vez en mi corazón, lo elegí, me puse de acuerdo con él, en cuanto al error de mi hijo y que merecía hacer al respecto, fue la primera vez que no sentí en mi interior que lo que él sentía y hacía estaba mal. Jesús me abrió los ojos y quitó la venda, sello en mi interior separar el ser madre, y más que nada ser esposa, y elegir por sobre todo el amor que él me dio, hablarles a las cosas como son, declarar el esposo que Jesús hizo para mí, y el padre con sabiduría que hizo para mis hijos, (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. Romanos 4;17. Sentí tanta seguridad con mi ET, que Jesús me permitió ver más allá, mi ET me dijo: quédate tranquila, me encargo de todo. Supe que esas palabras no eran de él, sabía de quien venían, y así ha sido. Jesús jamás se equivoca, y nunca se equivocó con el varón que me dio, ni con la esposa que le dio a él. El adolescente con el que un día cometí muchos errores, y decidimos formar una familia, el Señor le había hablado, ya lo había estado buscando para capacitarlo. Más adelante, argumentando todo y plasmándolo en mi corazón, haciendo las cosas como a mi amado le gustan, llevé esto a la oración, y al hablarlo ministerialmente, me fue revelado: ¡ya hay padres en la casa! Las oraciones han sido respondidas, he podido sentir su gracia. Los jóvenes qué habían sido irresponsables ante la sociedad, que no habían sabido como llevar una casa, esos jóvenes que estaban jugando a ser papás, que jugaban a ser hermanos mayores, hoy estarían siendo transformados por el amor de Jesús, hoy, había papás en casa, tomando las decisiones juntos, unidos para sus hijos, ¡hoy ya había papás ejerciendo su papel! Gracias a su misericordia pude comprender lo que ese día, al elegir la verdad, nos había sido dado, Él hizo en mí, elegirlo para poder revelar su promesa, unirnos como una sola carne, y lo que nos regaló en las manos y en el corazón es eterno. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Genesis 2;24.
Días después, me dio diversas áreas para orar en esta nueva etapa, me dio, como es su misericordia, promesas, y me mostró poco a poco con gestos de mi ET, que su corazón a esta familia está regresando. Que como me había dicho, él regresara el corazón de los padres a los hijos y de los hijos a los padres. Malaquías 4:6. Ahora por completo, mi amado Jesús está en control de todo, hay un líder espiritual que él ha elegido, ha llamado, está capacitando y lo que nos ha regalo como familia ¡es maravilloso! estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús. Filipenses 1;6.
Hoy veo atrás y digo ¡qué grande es su misericordia! nos rescató y nos da cada día la oportunidad de hacer lo correcto esta vez, y como, al dejarlo todo y aceptar la sumisión puedes ser libre. Para Jesús, no importa como comenzamos, incluso si nadie cree en ti, él si lo hace, y, en un instante él cambia toda tu historia para convertirla en lo mejor de tu porvenir con un: sin embargo... David y todos los israelitas se dirigieron a Jerusalén, que es Jebús. Los jebuseos habitaban en aquella región, 5 y le dijeron a David: «Tú no podrás entrar aquí.» Sin embargo, David capturó la fortaleza de Sión, ahora conocida como la Ciudad de David. 1 Crónicas 11:4,5.
Amada sierva del Señor, su misericordia se renueva cada día, para poder pedir, clamar y perseverar en lo que él nos ha llamado, una familia consagrada en su camino, no desistas y tú obediencia siempre traerá bendición, cada día es una nueva oportunidad para elegir amar, para elegirlo a él y a su reino, su promesa es seguirlo en todo y renunciar a todo, y él nos dará los deseos y los anhelos de nuestro corazón, él por completo nos dará cada promesa, pero cada día es el día para acercarnos a su cumplimiento y arrebatarla en obediencia. Sigue avanzado en su amor, en Nombre de Cristo Jesús.
Pero busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Mateo 6:33
Rebeca.
C3D MINISTERIO.
Comments