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Hay consecuencia que se pagan con mucho dolor.


Marzo 17 2024


Ten piedad de mí, oh, Dios, conforme a tu misericordia;

Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.

Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Salmo 51;1,4.



Es sorprendente como nuestro proceso nos lleva en altas y bajas en todo momento y es porque estamos siendo probadas en donde estamos poniendo nuestro corazón. Estoy convencida que lo mejor que me pudo pasar en este proceso es haber encontrado al verdadero amor de mi vida y es algo por lo que gozo y disfruto en este caminar.


Ha tocado un tema que ha confrontado mi vida, el estudio de oración de madrugada. "Las etapas del rey David".

Mi Amado es tan maravilloso y me ha sorprendido, me muestra lo que aun duele, lo que aún está presente y hace ruido en mi cabeza.

Estoy pasando por situaciones que se complican, porque no puedo resolverlas y es algo que ha quedado claro en mí, que necesito a mi Amado Jesús que siempre me ayude, me dirija, me guíe en todo tiempo.


Tengo una hija que en estos días está por cumplir 13 años, y cada vez que puede les dice a las personas con las que tratamos, que yo siempre tengo que pedir permiso a mi et, que en casa se hace lo que él diga, cuando ni siquiera él está con nosotras (ella aún no ha entendido que lo hago en obediencia a Mi Amado EC).


Una noche platicando con ella, mi Amado me sorprendió, porque permitió que ella me dijera lo que sentía, y una de las cosas que me hicieron sentir tanto dolor, fue que me dijo que estaba cansada de ayudar siempre a su papá, trabajando los fines de semana, cuando esos días ella debía estar descansando y jugando, después de una larga jornada de escuela y que no lo podía hacer por mi culpa, sí, mi culpa, porque lo que ella hace, es lo que me corresponde hacer a mi como ayuda idónea de mi et. ¿Porque se cambió todo así para ella?


Me dolió cada palabra que mi hija me decía, le pedí perdón, ¿qué más podía hacer después de haber sido una mujer rencillosa y contenciosa?

Una mujer qué no pensó en el bienestar de su hija, porque solo pensó en lo que sentía, en lo que a mí me pasaba y no la mire para preguntar:

¿¡Y tú que quieres!?


Sus palabras retumbaban en mis oídos y me daban unos golpes en el centro de mi corazón, como si fueran flechas qué lo traspasan, nunca imagine que hay consecuencias que se pagan con mucho dolor.

Ahora ya no puedo hacer nada, solo callar y esperar que mi Amado EC tenga misericordia de mí, por ser la principal culpable de la destrucción de mi hogar.

Ahora el reclamo de mi hija me hace preguntar:

¿Por qué fui la mujer que fui? ¿Por qué jamás imagine las consecuencias terribles a mi vida?


Ahora le digo a mi Amado que sea mi paz, y con su amor redentor qué cubre cualquier falta, qué redime y quita toda sentencia, este haciendo de mí una mujer con un corazón suave y apacible, una madre amorosa y misericordiosa para mi hija, que cubra con su sangre preciosa estas consecuencias terribles que causan tanto dolor.


Me levanté, porque siempre hay esperanza en Él, nuestro único Dios verdadero que nos da siempre oportunidad de ser libres y romper todo yugo de esclavitud.

Amadas hermanas pensemos: ¿Qué es lo que estamos sembrando? Porque de ello dependen abundantes cosechas llenas de amor, paz y gozo en el Señor.

O serán cosechas en donde las consecuencias se paguen con mucho dolor.

Se que mi Amado no se olvida de mí y siempre habrá nuevas oportunidades en su Nombre que llenen de esperanza mi vida.


Dice su palabra:

"TORRE FUERTE ES EL NOMBRE DE JEHOVÁ;

A ÉL CORRERÁ EL JUSTO Y SERÁ LEVANTADO"

Proverbios 18:10.


Jamás quedaremos postradas.









Elizabeth.

Cordón Llenas de sus Gracia.

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