Septiembre 30 2024
Al momento cayeron de los ojos de Saulo una especie de escamas, y recobro la vista. Entonces se levantó y fue bautizado. Hechos 9:18
¡Toda la gloria y la honra a mi amado Jesús!
Empezaste tocando mi corazón a dejar concluidas las etapas, entrar a cada una parte por parte, honrarte con la determinación y la conclusión de cada área en mi vida, por minúscula que sea… y así, es que comienza esto.
Este estudio tan solo ha sido el preámbulo que está abriendo la puerta a la realidad que estaba siendo desconocida en mi vida.
Empezaste tocando la etapa de mi corazón en la bienvenida a los treinta, la despedida de mis veinte, y dejar atrás toda la etapa de inmadures, y lo que con ella traía toda la vieja naturaleza, empezaste a decirme que tenía que removerme día a día, dejar todo, y entrar nueva, todo esto pasado estaba pegado a la ceguera de esta etapa, esto tan fino que no quería desaparecer de mí y de mi alrededor. Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto. Rom. 12;2.
Esta etapa, tan solo me estará preparando para la madures que realmente me toca enfrenar, ser al fin la esposa, mamá, hermana, e hija que tú necesitas, más aún, no sabía que dejando atrás esto en mi vida, en unos meses tú me darías una etapa más, añadida a la misericordia y la gracia que has tenido con mi familia: mis hijos. Dejando atrás consigo también ellos, esta etapa de niñez, me estas preparando para la ayuda que necesitas que yo sea para ellos. El saber y enterarte de cosas que para mí son desconocidas, duele, asusta, asombra, pero el recordar que tienes que conocerlos cada vez de nuevo, es lo que me dio la fortaleza. No sabía antes de este estudio, que estas escamas estaban ahí, verlos en su niñez, pegados a mi corazón maternal, me reusaba bastante tiempo a verlos como los adolescentes que se están convirtiendo, y aunque la palabra por su significado no me guste, es lo que son, carecen de conciencia y de madures, esta etapa que para lo que yo fui, me causa una enorme discrepancia, aunque por fe, sé que esta vencido. No deja de asustarme el hecho de pasar por ahí: el mundo. El testimonio de las caídas de las vendas me lo diste, cuando, este día abrace en ese camino de regreso a casa a mi hijo mayor, y mi cuerpo temblaba al caminar, entré en ese camino de su mano, y sentí como el Espíritu Santo me abrazaba, sentí como, en ese Damasco tan caluroso a pleno medio día, pudieron caer mis escamas, es que, lo ciega ya lo traía, durante tanto tiempo atrás atrasando la llegada de la etapa final de la niñez. Esa hora fue crucial, y las lágrimas cayeron, durante todo el tiempo del camino, durante el tiempo en que oraba por no soltar el verle crecer, abrace a mi hijo, tocaba su mejilla, veía su cara, seguía orando por cada parte que no entendía, acaricie sus cabellos, oraba y oraba, pidiendo fuerzas para lo que venga, me despedía, así era, y no lo entendía, lloraba porque es difícil verlos crecer, pensando en que no quieres que les pase nada, pero también lloraba, porque es absurdo eso que uno siente; soltar, siempre ha sido difícil, pero me reconfortaba el saber que tú hoy estas a nuestro lado, y que aunque pueda pensar que estoy sola, jamás estoy sola. Y así seguí llorando, y un miedo entro, pero tú fuerza y tú paz me abrazo, sabiendo que tuya ya es la victoria. Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16;33
Estas escamas que cayeron eran la respuesta a esas oraciones de examinar el corazón con el Salmo 139 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno, que aún sigo recitando con temor. Y de nuevo sé, esto que estaba oculto para mí, ahora ha quedado exhibido, y el enemigo vencido esta, estas escamas de ceguera por mis hijos han caído, y aunque me duele dejar la etapa de la niñes, sabes amado mío, que abrazare con amor, la etapa que esta por entrar y que, en este duelo, en el que todo está creciendo, abrazaré la promesa de que todo lo has vencido. Abrazo tú regazo y en ti confió, mi mirada esta puesta en ti, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Hebreos 12;2 y solo me queda decir… ¡bienvenida tú luz a mis ojos, hoy puedo ver! Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Eclesiastés 3;1. Con todo mi amor, al único que da la victoria, porque de él es la justicia y la misericordia. Te amo Jesús, porque tú me has amado primero con mis lagrimas enjuagare tus pies.
El hará que vuelvan los corazones de los padres a los hijos de sus hijos a sus padres. Malaquías 4;6.
C3D MINISTERIO.
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