ESPÍRITU DE AMORREO: LA BATALLA CONTRA LA SOBERBIA Y LA AMARGURA.
- Cordón 3 Dobleces
- Mar 3
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Yo destruí delante de ellos al amorreo, cuya altura era como la altura de los cedros, y fuerte como una encina; y destruí su fruto arriba y sus raíces abajo. Amos 2:9
Tratar de explicar cosas después de tantos años es difícil, porque los recuerdos son vagos y nuestras mentes limitadas. Gracias a Dios tenemos al Espíritu Santo que nuestro ayudador, y mediante él tenemos revelación del cielo.
Una de las batallas más grandes que hoy entiendo ha sido este espíritu de amorreo. La soberbia tiene como raíz las amarguras, que no son exterminadas de nuestra vida y que nos hacen estar inconformes, despreciando lo que hemos recibido de Dios, por buscar nuestro propio bien a nuestra conveniencia.
Una persona abusada, física, mental o sexualmente tiende a poner sus barreras dentro de sí, queda la amargura en su alma, por el silencio, por aquello en donde el abuso contaminó, su alma donde no pudo expresarse donde sus emociones frustradas, dañaron su vida y alma.
Cuando el enemigo ataca trae consigo demonios y fortalezas mentales, lo primero que daña es nuestra fe en las personas.
Cuando venimos a Cristo, Dios nos habla con la verdad y desenmascara al enemigo. Cuando venimos a Cristo, todo aquello que, por los conocimientos o pactos con el enemigo no renunciados, seguimos solapando al enemigo en nuestra mente, por no entregarlo, exhibirlo como Cristo lo hizo en la cruz con un desfile triunfal.
El espíritu de amorreo que estaba interrumpiendo mis pensamientos, fue revelado en el nombre de Jesús y no le doy cabida, el Espíritu Santo ha revelado que también fue traspasado. El enemigo siempre ha buscado dañarme, interrumpir los planes de Dios en mi vida, le creo a Dios, que todo es usado todo para mi bien, y renuncio a todo aquello que quiso amargarme, todo aquello que quiso lastimarme, queda cancelado en el Nombre de Cristo Jesús.
Debemos de reconocer este espíritu de amorreo, debemos de tener cuidado porque también se traspasa a nuestros hijos.
Voy platicando con mi hijo y con mi hermana, le preguntaba a la raíz de la soberbia y el no supo responder, pero justamente viniendo a hacer mis oraciones el me rebela, que fue traspasada.
La soberbia en mi hijo fue traspasada por mi amargura, por mis frustraciones, por el abuso que en algún momento viví, simplemente evolucionó o fue transformado en mi hijo, por eso hoy cancelo toda maldición gestacional, toda maldición traspasada y le quitó toda autoridad al enemigo en la vida de mi hijo y en la mía. No más amargura ni soberbia en el nombre precioso de Jesús, hoy renuncio y tomo la posición en Cristo que me corresponde, que es amor paz y dominio propio, y todo espíritu demoniaco se va en el Nombre de Jesús.
Hoy por eso levanto este testimonio, y le doy la gloria a mi amado, por revelarme este anatema en nuestras generaciones, se va por el poder de la sangre de Cristo.

Talita Cumi.
C3D MINISTERIO.
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