Tener fé en nuestras oraciones no es el objetivo, esto quiere decir que, si ponemos nuestros corazones en nuestros propios deseos, solo hemos transferido nuestra fé a nuestros propios planes, y entonces nuestras oraciones solo están basadas en nuestros deseos no en el Señor.
Orar con fé significa entregar nuestros derechos, quejas y deseos al Señor, y descansar del todo en su soberana decisión en cuanto al asunto.
Cuando alineamos nuestras peticiones con su voluntad y propósito, comenzamos a ver desplegado su poder en nuestras vidas.
No sabemos lo que es lo mejor para nosotros, pero podemos estar seguros que Dios lo sabe.
Él es capaz de salvarnos por completo, por eso nuestras oraciones siempre deben ser alineadas a su voluntad, para que se cumplan sus propósitos en nuestras vidas.
Lucas 1:38
He aquí la sierva del Señor; hágase a mí conforme a tu palabra.
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