La misericordia es la capacidad de sentir compasión por los que sufren y brindarles apoyo.
La misericordia de Dios es la cualidad de Dios, en cuanto ser perfecto, por la cual perdona los pecados de las personas.
La misericordia y la gracia son confundidas con frecuencia aunque parezcan similares no lo son ya que misericordia se refiere al perdón concedido por Dios debido al arrepentimiento sincero, en cambio, gracia es don gratuito de Dios para ayudar al hombre a cumplir los mandamientos, salvarse o ser santo.
Así como vemos en 2 de Samuel 9 la historia de Mefi-boset, nosotros nos encontrábamos en esa condición lisiados, cuando somos llamados por nuestro Señor Jesús para venir a él.
Mefi-boset un hombre que estaba lisiado lo tenían que cargar en brazos para sentarlo a la mesa del rey, y observa nuestra condición tal vez no es un problema físico que nos haga estar lisiados, pero espiritualmente nosotros nunca dejaremos de necesitar de la gracia de Dios para podernos sentar a la mesa del Rey, para podernos sentar a la mesa de nuestro Dios.
Estamos lisiados por causa del pecado que entró en el mundo. Nacimos y crecimos fragmentados y dominados por esta naturaleza caída que nos aleja de Dios.
Aquí vemos la gracia abundante de Dios siendo derramada sobre las personas menos pensadas. Mefi-boset es el objeto de la misericordia de Dios, mientras que David es solo un conducto.
Necesitaremos siempre de Jesucristo para poder entrar a la presencia del Padre, del Rey siempre, al igual que Mefi-boset que no era hijo del rey, no era hijo de David, así nosotros no éramos hijos de Dios sin embargo, así como David consideró a Mefi-boset como uno de sus hijos, Dios nos ha adoptado a nosotros como uno de sus hijos, hoy nosotros podemos declarar que somos hijos de Dios.
Pero Él, que es rico en misericordia, en su debido tiempo nos mandó llamar y nos trajo hasta su presencia. Es tanta la gracia que Él ha derramado, que despierta en nosotros un sentido de indignidad, sin embargo, Dios no nos dejó tirados allí. Nos levantó y reafirmó sus promesas una y otra vez. Nos perdonó y limpió en la sangre de su Hijo. (Romanos 5:8).
Asi como Mefi-boset, todo esta listo para estar en la presencia del Rey el te manda a llamar a su mesa, solo por Gracia podrás entrar, acepta el llamado, acepta la invitación, de vivir en la casa del Rey.
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