El soltar sin duda es uno de los procesos que nos ha costado entender y sobre todo aplicar. Soltar no es tratar con indiferencia, soltar tampoco dejárselo a Dios y seguir con una vida nueva, una relación nueva o una vida conformada en este mundo.
Cuando verdaderamente sueltas le entregas tus problemas a Dios y empiezas a construir una relación íntima con él y en ese proceso está Sanando heridas, estás rompiendo ataduras. Cuando sueltas en las manos de Dios entonces encuentras una maravillosa vida llena de oportunidades al lado del Rey de Reyes y Señor de Señores y él empieza a hacer su voluntad en tu vida,
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