top of page

El diezmo de su libertad.


Abril 15 2024

Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición. Mal 4;6.


Cuando toda la relación se había fracturado.

Solo era de cierto que Jesús había llegado.


Hace un poco más de tres años, entregué mi vida al Señor, y que cosa esta, que tenía todo revuelto. Él así la acepto, me dijo que me cambiaría todo, y aunque parezca exagerado, a la primera le creí. Esto bastó, para que, me fuera probando. Aquí conocí la comprobación, cosa distinta es, hablar por hablar a los demás, y poco a poco tu palabra pierde valor por los intentos fracasados y el fallar; pero con Jesús, tú palabra vale al máximo. Y es ahí, que debes hacerla valer: cumpliendo.


Después de algunos meses, en la intimidad, cuando apenas comenzaba a saber que era esto, él me había puesto en el corazón, que me separara por completo de mis padres. Que los dejara y no fuera más a verlos.

A través de su palabra fue esto: porque de hoy en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres. 53 Él padre estará contra su hijo y el hijo contra su padre; la madre contra su hija y la hija contra su madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra.» Lucas 12;49.


Fue sorpresivo, duro, cruel y definitivo. Aún no sabía nada, no se veía nada ante mí, ¿mis padres? ¿Dejar de verlos? Fue totalmente inesperado, sobre todo esto, las cosas estaban ya muy mal en toda mi familia, en realidad era un cuadro muy triste y frío. Pero, qué más daba, eran mis padres.

Una tarde, no muy lejana. Tome una de las mejores decisiones de ese mes. Dejé de verlos; - sí, la verdad papá, es que me convertí a Cristo, y pese a tus amenazas de quitarme tu apellido y que jamás me dirijas la palabra, hoy creo en él, dejo el catolicismo mediocre del cual vengo. -Decía.

Y es que, cuando uno toma decisiones así, tiene que practicar todo lo que va a decir. Pero, sí. Al final resultó un poco más distinto, a lo planeado, pero al cabo de ese mes, ya los dos sabían y había decidido dejar de verlos.

¿Cuánto tiempo? Aún no lo sabía.


Durante todo ese año en que Jesús sanaba mi corazón, nunca me dejó sola, dentro de estos meses hubo más testimonios. Pero el que hoy vengo a plasmar (uno de muchos, para su Gloria) es cuando ya no hablándole a mi madre para nada, él hizo la obra. En verdad me dolía, no sabía, cómo de la nada, así como así, ya no tenía a mi madre. Sufrí en su momento, pero en todo este tiempo del proceso, el Señor lo único que estaba haciendo con esta separación, era sanarme.


Ella, al final también, fue separada de mi padre (el cual aquí estaba atravesando por otro proceso, al mismo tiempo) y se fue a otra ciudad, (me enteraría después.) Un día, después de, en verdad muchos ayunos, unos tras otros para sanarme y lágrimas por doquier, mi corazón explota al ver, una taza que ella misma, años atrás me había regalado.

Ese día le dije a mi amado: -Le marcaré a mi madre, ya ha pasado mucho tiempo. Ese instante solté el celular, y me postré. No. Fue la respuesta. Óralo.


A la indicación del Jefe, nadie se resiste, recuerdo bien, que apenas estaría por comenzar la primavera, y tenía que orar trece días, (Hechos 28;11;16.) así que, corazón dispuesto y manos a la obra.

Trece días después, en un juego de futbol de mis hijos, a solas, tome el celular y me dispuse a llamar, al segundo timbre, se escuchó su voz, aquella voz que deje de escuchar meses tras, esa voz que en verdad deje de extrañar.

Hija, y no pudo más, llorando exclamaba, mi corazón me dijo que hoy me llamarías. Y le pedía a Dios que así fuera.

En verdad, cuando mis lagrimas se escurrían, le dije, mamita, hoy tenía que llamarte, el Señor es misericordioso. Después de casi una hora, nos despedimos y colgamos. Él nos hizo libre de esta maldición, me dio su pacto, me dio su Palabra, y me dijo que ya había sanado nuestros corazones. Al fin, mi tierra estaba bendecida. Malaquías 4;6.


Fue hay que di gracias, pero aprendí en todo este tiempo, que con Jesús jamás es un hasta aquí y ya, sino que todo tú día se basa en ir por más.

Otro día, cuando ella se disponía a marcarme, me dijo muy contenta: -hija, te mandé un dinerito, es para ti, haz lo que quieras.

Agradecí y mi corazón humano, quería hacer con eso muchas cosas. Pero al trabajar con el Espíritu Santo, aprendes a detenerte. Fui al ministerio donde su sabiduría se derrama, y donde por misericordia siempre encontramos respuesta.

Ministra, dije y contando lo sucedido, me contó que había ya un testimonio del rescate. Uno da dinero por esa alma cautiva. Pagas un rescate.

Mi corazón ardió del Espíritu y al cruzar la calle, ahí estaba nuestra congregación. Tomé un sobre e hice el pacto con este dinero.


No supe más, solo recibí de vez en cuando, sus llamadas, cosas siguieron pasando. Y un día ella regresa, fue hermoso, platicamos y tenía que irse de regreso de su viaje. Mi madre me decía que todo esto del Señor le gustaba, que me veía muy distinta, que todo lo que pasó jamás pensó que fuera a suceder así. Que todo lo que ahora ve, nunca lo imagino.


Un día de esos, en los que va y viene viajando, me dice, que ella quiere poner su dinero en un lugar seguro. Y le pregunté, ¿diezmar?

A lo que me dice: - ¡sí hija!

Mi corazón no aguantaba, quería gritar, llorar, correr gritando y llorando, en fin, muchas cosas, pero ¡solo respiré!

Le dije, mira vamos a orar, ella ya había recibido a Cristo, (esto no fue conmigo, sino antes) así que solo oramos, está receptiva y le dije, mira seguiremos orando y que el Señor sea quien guíe tu corazón.

Paso una semana y ella tuvo problemas, pasaron unos días más, y después de las oraciones, unos días más. Lo había soltado, el Señor sabía, así había sido.

Un día por la tarde, me marca diciendo, hija ahí está mi diezmo depositado.

Muchas gracias.


En ese instante, caí al piso, mis lágrimas solo son de él. Quien hizo todo esto posible, a unos días de un gran testimonio, mi madre también empieza su libertad. ¡Ella había dado su primer diezmo!

Y es que, para los que diezmamos, sabemos el poder espiritual que esto es, no pongo aquí el dinero, no resalto la cantidad. Sino el poder sobrenatural de la obediencia a Cristo, del poder del amor y de soltar todo por él.


Hoy volteo atrás, mientras escribo cada línea, y veo su misericordia, hoy es fácil escribir, pero para una familia, que, viene de generaciones fornicarías y adúlteras, la obra que está haciendo el Señor es grande. Hoy veo atrás, y desde la montaña te digo, ¡suelta! Jesús te regresará al ciento uno por ciento, hoy su promesa se cumple cada día un poco más, mi familia y yo serviremos al Señor.

No importa cuanto pueda doler hoy, tú libertad lo vale, porque si tú peleas el pueblo es libre. No te rindas. No te amoldes, no te aferres a las cosas o las personas, si Jesús te las pide, entrégaselas, solo él sabe lo que está librando en tus generaciones.

¡Toda la honra y la gloria al Rey de Reyes!







Rebeca.

Cordón de Jesús.

26 views0 comments

Recent Posts

See All

コメント


bottom of page