El amor maternal de Dios es algo que está explícitamente explicado en muchas partes de la palabra.
Por ejemplo, Dios honra y valora el papel de la madre y podemos verlo a lo largo de las escrituras; incluso se refiere a sí mismo como una madre en ocasiones.
En Oseas 11:3-4 Dios dice:
“Yo fui quien enseñó a caminar a Efraín; yo fui quien lo tomó de la mano. Pero él no quiso reconocer que era yo quien lo sanaba. Lo atraje con cuerdas de ternura, lo atraje con lazos de amor. Le quité de la cerviz el yugo, y con ternura me acerqué para alimentarlo”.
Dios reflexiona aquí sobre la forma en que crió a Israel, como lo hace una madre con un hijo, y cómo todos esos actos fueron dados por sentado por el niño. Esa es la naturaleza de la relación, así como cuando éramos como niños, él nos atrajo hacia él mismo con esas cuerdas de bondad.
Así mismo también Dios a lo largo de la Biblia documenta madres abnegadas, madres dispuestas a todo por sus hijos, madres perseverantes para que sus hijos alcanzaran las promesas que Dios dio a sus vidas, y sobre todo madres consagradas a él.
Las madres son importantes tanto para la familia como para la sociedad.
Sin importar los problemas que usted haya tenido durante su infancia para relacionarse con su madre, ella le fue dada por Dios y jugó un papel esencial en su vida.
Hay muchas facetas de una madre que ama a Dios y lo obedece.
Sin lugar a dudas Dios hizo el corazón de una madre parecido al de él, para proveer, dar protección, amor, alimentación y cariño, ella es nuestro primer contacto, después de que Dios nos miró en sus vientres, ella es la madre que Dios eligió para tu vida.
¡Feliz y bendecido día de las madres!
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