2 Reyes 8:19
Con todo eso, Jehová no quiso destruir a Judá, por amor a David su siervo, porque había prometido darle lámpara a él y a sus hijos perpetuamente.
En este poderoso pasaje podemos ver como Dios cumple sus promesas, él había prometido a David siempre mantener una lámpara encendida para él y sus descendientes.
En esta historia el Señor no quiso destruir a Judá por amor a David, y por la promesa que le había hecho.
Así muchas promesas de nuestras vidas ya no las podremos ver, pero tenemos un Dios infinito y eterno que cumplirá cada una de esas promesas en nuestras generaciones, y en nuestra descendencia tan solo por su fidelidad y por amor a sí mismo, porque él no cambia, él es un Dios que cumple él es un Dios considerado infinitamente misericordioso y eterno.
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