Deuteronomio 7:5
Lo que tienes que hacer es destruir sus altares paganos, hacer pedazos sus columnas sagradas, derribar sus postes dedicados a la diosa Asera y quemar sus ídolos.
El versículo de Deuteronomio 7:5 es una llamada a la destrucción de los altares, estatuas e imágenes de los dioses paganos que se adoraban en la antigüedad. Este mandamiento fue dado a los israelitas cuando estaban a punto de entrar en la tierra prometida, donde se enfrentarían a naciones paganas que adoraban a dioses falsos y realizaban sacrificios a ellos en altares.
La raíz de baales es Baal, el cual reconocemos de las Escrituras como un espíritu demoníaco. La misión de Baal es robar a Dios de toda adoración y confianza de su pueblo. Logra esto al enfocar nuestra atención en nuestras circunstancias en vez de en el Señor. Eso es exactamente lo que le sucedió a Israel.
Dios les ordenó a los israelitas que destruyeran los altares de los dioses paganos porque estos altares representaban una amenaza directa para su relación con Dios.
A decir verdad, simplemente no queremos destruir por completo los pecados que nos mantienen alejados de la Tierra Prometida de Dios de bendición y paz queremos debilitarlos y tener cierto control sobre ellos, pero no queremos destruirlos del todo.
Este llamado de Dios a su pueblo es un mandato de conquistar y obedecer
El Señor es un Dios celoso y no tolera que se adore a otros dioses.
Si los israelitas no hubieran destruido estos altares, habrían sido tentados a adorar a otros.
Más que nada, su elección significó que Jehová los ha querido. Su motivación para una obediencia tan total era que sabían que Dios los amaba.
Cuando realmente creemos que Dios nos ama y vivimos con esa creencia como un hecho consciente, nos resulta mucho más fácil obedecer y destruir por completo cualquier cosa que pueda dañar esa relación de amor.
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