Hay solamente dos maneras de caminar para un cristiano: en la carne, o en el Espíritu.
La carne tiene su propia voluntad terca; hace cualquier cosa que decida, y luego le pide a Dios que bendiga esas decisiones.
Mientras que caminar en el Espíritu es lo contrario y es rendir nuestra voluntad al Espíritu Santo.
Necesitamos aprender a escuchar su voz, necesitamos identificar sus indicaciones y siempre vienen acompañadas de la palabra de Dios, su voz quieta y apacible.
Espíritu Santo fue enviado para establecer el gobierno pleno de Cristo en nuestras vidas.
Necesitamos dejar que el espíritu santo se establezca en nuestras vidas, tome control de nuestras acciones, trabaje nuestras actitudes y establezca el gobierno y total control de nuestras vidas en Cristo Jesús.
Él desea guiar y dirigir cada uno de nuestros movimientos.
Cuando dejamos que el Espíritu Santo nos enseñe a transitar en nuestras vidas como creyentes, obtendremos consuelo protección, seguridad y guía hacia el camino correcto.
El Espíritu Santo siempre nos alerta nos protege física mental Y espiritualmente, es nuestro gran ayudador.
Así que no tardes más, trabaja con él Espíritu Santo, relaciónate con él, escúchalo atiéndele y deja que te enseñe, te guíe y revele la verdad.
Gálatas 5:16
Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.