Bajé la mirada por un momento.

Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. Jesús soportó la cruz, sin hacer caso de lo vergonzoso de esa muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y se sentó a la derecha del trono de Dios. Hebreos 12:2

Estamos pasando una circunstancia adversa.

Por un momento bajé la mirada creyendo que esa persona que llamó a mi esposo, de él vendría la ayuda, pero eso me sirvió para no crear expectativas: nuestra ayuda solo vendrá del Señor.

Esta persona solo quería saber cómo estaba mi et, y eso me sirvió para ver que solo damos lo que hay en nuestro corazón.

Creí que oraría por él, quizás le ofrecería alguna ayuda más, sin embargo, esta persona, le compartió el vehículo que se acaba de comprar, gracias a Dios que cada día lo buscamos, creo que, si fuéramos del mundo, lo hubiera sentido como una burla a nuestra situación, o quizás falta de tacto.

Pero Dios es tan bueno que en ese mismo momento que me trataba de confundir con este evento, el me recordó que nuestra ayuda solo vendrá de él, no del hombre y que yo solo lo viera a él, no a esta persona.

Enseguida me hizo fijar mis ojos a él, en que esté proceso tiene salida también tiene fecha, me recordó mucho a los amigos de Job, porque esta persona le dijo a mi esposo: este proceso podía ser de corrección o tribulación, pero que en ambos casos Dios iba a obrar.

De eso estamos seguros, de que Dios está en control y es más grande que cualquier desafío que podamos enfrentar.

Le doy gracias a Dios por el crecimiento que nos ha dado, y también le doy gracias porque nos falta mucho para llegar a todos como seguidores creyentes y cristianos de ser como verdaderamente Dios necesita que nos ayudemos unos a otros, tenemos que trabajar más en ello.

Enseguida lo bendije, a él y a su esposa para que mi corazón no creara ningún sentimiento, justo es lo que el enemigo quiere traer siempre, que dejemos de orar, aunque ellos no sé si están orando por nosotros; oro con mi esposo en ese mismo momento y los bendecimos.

¡Gracias a Jesús por tomar cada momento de nuestras vidas para transformar nuestros corazones!

¡Gracias a Jesús por ser el consumador de nuestra fe!