Se dice que Dios usó sólo una noche para sacar a Israel de Egipto, pero necesitó
cuarenta años para sacar a Egipto del corazón de Israel.
Y es que los israelitas se aferraban con todas sus fuerzas al pasado, aunque éste haya sido de esclavitud, sufrimiento y dolor.
El pueblo amado de Dios añoraba hasta las lágrimas lo que había dejado en Egipto. No le importaban las nuevas experiencias con Dios, su Presencia, sus grandes y maravillosas obras, ni las ricas promesas de alcanzar una tierra buena que fluía leche y miel, y con ella, la expectativa de una vida mejor bajo el Señorío de Dios; no, sino que muchas, muchas veces, Israel deseó volver a Egipto aunque ello implicara volver a la servidumbre.
Como algunos cristianos desean lo mismo: Volver al mundo, volver a hacer lo malo, aunque ello incluya enlodarse en la inmundicia, volver a la servidumbre del pecado.
: “Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo
un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron:
¡Quién nos diera a comer carne! Nos acordamos del pescado que
comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros,
las cebollas y los ajos” (Números 11:4-5).
Comments