Amor a primera vista.
- Cordón 3 Dobleces
- Feb 19
- 6 min read
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres;
pero el mayor de ellos es el amor.
1 Corintios 13:13
Toda la gloria y toda la honra al único que hace lo imposible posible y tangibles todos los verdaderos sentimientos. Gloria al Rey de Reyes y Señor de Señores.
Cuando tenía 14 años y llegué a vivir a esta nueva ciudad, entré a una secundaria también nueva. Había dejado atrás amistades, abuelos, familia y comencé por enfrentar el duelo a lo nuevo y lo desconocido.
Tenía el dolor aún profundo sobre haber dejado a un pato que tuve por mascota durante te mucho tiempo, el cual también obtuve para enmascarar el dolor de otro duelo que enfrenté al separarme de mi papá por unos meses y con esta seudo felicidad llené el vacío. Al llegar aquí, nada de esto sabía, pero estaba.
La entrada de la secundaria no me fue difícil, mi carácter me permite enseguida interactuar con las personas, así que eso no fue distinto. Solo que esta interacción desbordante en esa edad hizo que me enlazara almaticamente muy rápido, con la que en ese momento sería mi mejor amiga.
Al transcurrir los días, ella me comentó que, al verme, sintió que yo estaría siempre a su lado, y en esa etapa, estaba de moda, “tener la mejor amiga.”
Para nosotras esto fue real, porque en serio no nos distanciamos, no nos peleábamos y entre nosotras no había rivalidad; quedé con ella esos dos años, ella estuvo en momentos muy difíciles que atraviesas en esos cambios, estuvo en todo lo que malamente pudiera estar cuando uno no sabe las cosas del Señor y es desobediente.
La adolescencia fue muy rápida para mí y vivirla tan rápido, no me permitió experimentar más cosas, ni tener criterio propio, o formar idea de lo que quisiera, sencillamente hacia lo que mis emociones alteradas me dirigían.
Cuando terminó la secundaria, seguimos viéndonos, pero no era igual.
Aunque seguíamos diciéndonos todo lo que nos queríamos, varios sucesos más al seguir creciendo dieron paso a que realmente empezara a ver las cosas como lo que eran, y lo que sí me dolía, sin romantizar ni enmascarar, por cubrir lo que verdaderamente eran las intenciones.
Me embaracé y ella fue partícipe de los dos embarazos, el estar con mis hijos en salidas y esas cosas vanas. De mi segundo hijo, al no tener algunos papeles que requerían en la religión católica para el “bautizo” las personas que había destinado, la elegí a ella para ser “madrina.”
Cuando Jesús me rescató, y se reveló a mí vida, todo cambió.
Abrió mis ojos y me mostró tanto el amor verdadero y genuino y todos los lazos almaticos que había creado con mis emociones desbordantes, las tuvo que sujetar, él llegó y cortó todo lo que no estaba adherido a su voluntad, me despertó de ese sueño mental de entrega vehemente a toda persona cuanto conoces y quieres hacer parte de ti. Entonces me tocó en lo más profundo al mostrarme que ella estaba usurpando el lugar de mis hermanas, que por tantos años de ceguera espiritual no vi. Él llegó y me mostró la verdad de las emociones vacías que vienen del mundo. Él llegó y me hizo cortar con todo lo que yo la había puesto como ídolo, como lo único que hubiera tenido, como eso que tanto buscaba y anhelaba mi alma: mis hermanas.
El proceso de separación de familia, personas, padres y amigos, les recomiendo no saltárselo, es lo mejor que hoy puedo ver que él hizo en mí.
La solté, se la entregué a él y rompí con todo el ídolo que había creado hacia ella. Tanto así que pasaron años sin hablarnos, ya no había para que; y un día le platique, Jesús llegó a mi vida, me voy a casar. El que ella no asistiera a mi boda, y no me doliera nada, fue la prueba tangible que Jesús me dio para decirme que mi corazón estaba sano, adelante.
Un día recibí un mensaje en el cual me decía, te platico algo.
¡Estoy embarazada! Yo sabía cuánto era que había buscado tener un bebé durante muchos años y que los diagnósticos eran siempre que ella era estéril. Alabé a Dios y la bendije, le dije que Dios es grande y que hace milagros.
A los meses recibí una invitación a ir a la revelación del sexo del bebé y fui con mis hijos. Estuve bien, pero mantuve mi distancia, le dejé ver que estábamos bien pero que no había más que eso.
Bendije su panza de embarazo, y bendije su vida, esperando que se case, que Jesús también la alcance. Su mamá conoce los caminos del Señor, y también es un poco necia, pero a ella le pedí perdón porque en mi inconsciente inmadurez muy joven, me burle por ser cristiana, y ahora ya con mis años, el Señor me había mandado a dar la cara, le dije que me perdonara, y la abrace.
Su mamá accedió al perdón y ahí cerré ese ciclo.
Meses después, me hizo llegar la invitación al baby shower, pero mi amado me mostraba que era un culto a un ídolo, que eso que ellos estaban haciendo en sus corazones era idolatrar a su hija, y así no era. Entonces no acepté la invitación, ya había ido antes, ya no había más necesidad. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; Mt 10:37
Quise por mi voluntad y emociones, ir a verla después de qué se alivió, pero mi amado no me daba ni el tiempo ni el espacio para ir a visitarla, ya había aprendido a no poner excusas, a no hacer tratos que no debía, y no mentir a nada, "por quedar bien con los demás" Queda claro que no es mi intención ganarme el favor de la gente, sino el de Dios. Si mi objetivo fuera agradar a la gente, no sería un siervo de Cristo. Gálatas 1:10 así que no hice por insistir en hacer más tratos, y dejé pasar todo. Incluso ni un solo regalo le pude comprar ni hacer, aunque intentará, el Espíritu Santo me demostraba que estaba en control.
De nuevo, al pasar varios meses más, recibí una invitación para su bautizo católico, y su primer año. ¡Dios mío, un año ya había pasado de su vida!
Me calme y tenía que poner asistir a la invitación. Tanto fue esto, que le pedí permiso a mi et y su asistencia, antes de confirmar. El día en que era la fiesta, ya había hecho con mi sobrino mayor un plan para festejar el amor y la amistad, y de nuevo, en ese momento antes de confirmar, elegí estar con mi sobrino tal como ya lo había acordado, no preferí a nadie más, que el corazón de él, y lo que ya había hecho con la palabra. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.
Mt 5;37.
Al hablar con él, me dijo que sería en la mañana saliendo de la iglesia, que ahí lo podíamos hacer. Estaba muy acomodado, todo, como es Dios, pues, ningún horario interfería en las actividades de ninguno de nosotros, y podía irme a la fiesta de la hija de mi amiga.
Ese día llegamos a la fiesta, tranquila y sin expectativas, me esperé a que se desocupara, y que pudiera saludarla, y entregarle el regalo que Jesús había escogido para darle. Al pasar un rato, mientras todo seguía, las ví a las dos sentadas, en medio de la mesa de regalos, cuando fui a verlas, ahí estaba, tan pequeña y como Dios la había creado en su voluntad. Al acercarme a la bebé, ella me sonrió tan efusiva, lo segundo que vino después de hablarle, fue que extendió sus brazos hacia mí para que la cargara, se abalanzó hacia mí de real forma de conocerme de toda su corta vida, su sonrisa y sus ojos estaban puestos en mí, y cuando la cargué, Jesús, mi amado, me dijo: dejad que los niños vengan a mí. Mt 19;14. En ese momento me estremecí y él me dijo, te regalo su amor, su alma puede amarte por mí.
Mis ojos comenzaron a querer llorar, ella me ama y yo a ella, por el amor de Jesús, por su misericordia y su bondad, me fue entregado su amor, el cuido todo esto que fue genuino, y el amor fue entregado por el único autor.
Cuando ella me dio sus brazos, me demostró mi amado, que todo te es regresado al 101 por ciento, y que era sobrenatural que un bebé que jamás hayas visto, y que no te conozca, te quiera así. ¡Nadie que no está en el espíritu podría entenderlo! Fue sobrenatural este encuentro, y puedo creerlo, porque mi amado es así, poderoso y sobrenatural, solo él cuida y guarda los corazones. No importa que digas, que hagas, que quieras demostrar, el único que conoce los corazones es quien revela las intenciones, y al final el amor siempre prevalecerá, y me dijo que no importaba cuanto insistiera, solo él da el amor, solo él lo transforma, y así ha sido su voluntad.
Exalto Su Nombre porque después de 17 años, el fruto de mi amor fue visto, y que Jesús hace, restaura, repara y reconstruye todo lo que fue robado.
Su amor es perfecto, y hay cosas que no se entienden, hasta que las hace el espíritu.

Rebeca.
C3D MINISTERIO.
Comments