Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de
Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre. Y cuando comenzaron a entonar cantos de
alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros.” 2º Crónicas 20:20-22
El pueblo de Dios fue rodeado por una gran multitud de sus enemigos y parecía que iba a ser destruido. El rey de Judá clamó a Dios y en obediencia
salió para enfrentar al enemigo, no con instrumentos de guerra, sino con las alabanzas a Jehová.
La alabanza verdadera que agrada a Dios y que él demanda de nosotros es el resultado o producto de una revelación personal de Dios y sus propósitos.
La alabanza verdadera nos guiará a victoria sobre nuestro enemigo y
nos hace fijar nuestra atención en Dios en vez de nuestro problema.
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