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Agradezco una vez más de la inmundicia que me saco, donde estaba llevando a mis generaciones.


Agosto 03 2024

Mi pueblo no tiene conocimiento, por eso ha sido destruido.

Y a ti, sacerdote, que rechazaste el conocimiento, yo te rechazo de mi sacerdocio. Puesto que tú olvidas las enseñanzas de tu Dios,

yo me olvidaré de tus descendientes. Oseas 4:6


En la etapa en que dejé de trabajar, y tenía a lo que llamaba “tiempo de sobra” empecé a creerme dueña de ese “tiempo” y como era de esperar, todo salió mal, al ser una mula desbocada, sin jinete, hice lo que me vino en gana, y no valore el tiempo que me estaba siendo dado como oportunidad una vez más. Al no entender nada, no comprender y al no saber, perecí; y todo me fue cayendo en poco.


Esa etapa, tenía dos perras las cuales ya había adoptado estando trabajando, dos perros a los cuales había adoptado al salirme de trabajar, y unos varios gatos que me quedé de la calle por el “pobrecito animal” creyéndome algo que no era, y pensando que hacía un bien a la humanidad, cavaba mi tumba poco a poco, para no variar, una mañana recibí una llamada para ir por un animalito que está por morir, me decidí a ir y al ver lo que era, parecía un gato recién nacido, de horas. Acepté él cuidarlo y hacerme cargo, claro, era dueña de mi tiempo ¿quién puede decirme algo? Entonces empezó el cuidado de ese animal, comenzó a crecer y todos en la familia tenía que ver con ese animal, claro, yo estaba haciendo bien al ayudar a Dios ¡ese animalito me necesitaba! Así llegó otra perra abandonada, recién nacida, ¡y cómo no! Para variar, otro perro de poco menos de un mes. ¡Claro! Soy infalible, entre más perros y más gatos, ¡mejor persona soy! ¡pero que tonta!


Al pasar los años, llegó el Señor a mi vida y me rescato. Comenzaron todos los procesos de purificación para sanarme, en el proceso de concubina a esposa, tuve que sacar a las dos primeras perras, todo se estaba dando, después el proceso de esposa ya estaba, la renuncia a todo y la aceptación solo a Él.

El proceso de liberación sobre la zoofilia (amor desmedido a los animales) empezaba hacerse evidente, al haber varios incidentes con todos los animales, y justo como es el Señor, en su tiempo perfecto, en el ministerio se impartía el estudio: Las Plagas, en ese estudio el Señor me dio promesa, justo el día quinto de las plagas, que se impartía La peste del ganado, esa mañana, la gata que había atendido, la que se hizo parte de la familia, la que había anidado en el corazón, y a la que había puesto un sobrenombre de “hija” nunca salió de casa, hasta ese momento, y la atropellaron. ¡Misericordia del Señor tuvo conmigo! No entendía nada, pero él me quebró, ¿cómo es que le di a un animal el lugar de un hijo en mi corazón distorsionado? ¿Cómo esto era posible? Estando a sus pies, me partía más y más, me desgarré por completo el corazón, entre el dolor que se iba con ese animal y el dolor de ver mi egoísmo, Su voz al fondo me dijo: Siempre fui yo. Y con eso, todas las muertes de todos los animales que había tenido desde mi niñez, hasta ese momento, Él, con cada muerte de cada animal, me daba la oportunidad de ser libre de esa atadura, del corazón vacío, más yo en mi egoísta y obstinado corazón, tenía otro y otro animal, para llenar el vacío que quedaba de toda mi alma, que solo lo necesitaba, lo anhelaba a Él.

En ese momento en que mi corazón se desgarraba, más y más el llanto llegaba, pero se iba el llanto al animal muerto y llegaba el llanto del arrepentimiento por el tiempo perdido, ese llanto que te desgarra de querer cambiar tan solo un instante y decidir bien una vez. Tan solo una vez, y ahí, estando ahí, él me abrazo y me dio una oportunidad más. Me dio su misericordia y por fin la entendí. Llore tanto que no tenía fuerzas, todo mi ser quería regresar el tiempo y decir, tan solo en una ocasión, no elegir a ningún animal. Ahí, me dio su promesa: sería libre. Él me lo dijo en su palabra, sería libre, que él se llevaría a todos. Descansé y le dije que ningún animal más; esperaba que al día siguiente todos estuvieran muertos, y yo ser tan feliz como nunca, pero con Dios, he aprendido que siempre hay prueba del corazón. Hoy tendría que aprender.


Al tiempo, la perra que habíamos encontrado recién nacida ya estaba muy grande y el perro también, era lógico que, si no había cuidado con eso, lo natural pasará, y así fue. Un día me percaté que la perra estaba preñada.

Caí llorando al Señor y le dije: ¿por qué? Si lo hiciste años atrás ¿por qué ahora esto? Si me prometiste. Me atreví a exigirle a mi Dios, y él me respondió, que, si lo iba a hacer, pero que quería probarme. Me rendí a él, ore y supliqué. Los perros llegaron, ¡fueron diez! y ningún momento me incline, renuncie por completo a todo, y sabía que iba a tener problemas con mi esposo, incluso con los niños, pero no me importa nadie más que las órdenes de mi Dios. Y cuando él me ha mandado yo solo tengo que resistir, porque el enemigo se pone necio, pero solo es para probarte en cada proceso. Resistí, no cedí a ayudar en nada, pese a que mi ET es muy demandante, mi familia, incluso su familia, y no me importa nada que me digan los demás. Mi Dios es más grande, y él me ha enseñado que si yo quisiera quedar bien con los hombres no soy servidor de Cristo. Así que me dispuse a orar todos los días para resistir los ataques, solo Dios y yo sabíamos de lo que él quiere hacer libre a mis generaciones.


Los días pasaron y oraba, el Señor me mostró su Gloria, él se fue llevando a los perros uno a uno, tal como me había dicho, de los diez solo quedaron 2, uno se fue a otra casa y una que aún está, por intervención humana, del libre albedrio, en el cual se llevó al médico, y no me correspondía meterme, solo orar, sé que mi Dios está en control, mi obediencia, también fue probada con cada principio.

La perra que fue mamá pasó más días, hizo más cosas, esa perra era instrumento de desobediencia, división y disgustos; mi corazón quedó en el hartazgo, hasta ya no poder, ni querer saber más, el Señor me probó de tantas formas, pero todos los animales que por mi llegaron, se los ha llevado el Señor. Solo él y su misericordia, a tal grado que me desespere tanto.


Fui dirigida por mi Amado a levantar un ayuno, tal como Ester, y con todo y el ayuno los perros incluidos. En este tiempo mi ET no estaba en casa, y todo se dio como el Señor lo ha mandado, y él ha obrado. Nadie me importa más que él, y así ha sido. En este ayuno salieron todos los demonios que estos perros portaban, todo lo que se había levantado para la oposición que había.

Y después de todo lo que ahora comprendo y que en arrepentimiento ahora hago, ¡solté! No me incline a nada, y seguía orando. Un día, ya con mi esposo en casa, levanté una oración y le dije a mi amado, sabes: todo es tuyo, ya es todo tuyo, toma el control, yo no tengo más que hacer aquí.

Ese día en la tarde, mi esposo y yo nos dispusimos hacer las cosas de los niños, estábamos juntos, y al regresar, el vio a la perra atropellada en la esquina.

Se había salido, y ahí, había puesto fin el Señor. Llegamos a la casa, él hizo lo pertinente con el animal. Y yo, alabé a mi Señor, en sus pies estaba llorando por su misericordia, alabé porque me dio otra oportunidad para seguir con la obediencia a mi familia. Él cumplió como lo había dicho, y seguirá cumpliendo. ¡Siempre es fiel!


Se que será el testimonio total, cuando él así lo diga. Pero hoy, alabo Su Nombre porque vuelvo la vista atrás, y agradezco una vez más de la inmundicia que me saco, donde estaba llevando a mis generaciones. Hoy después de tantos estudios de comprobación con Su palabra, y de entender que los animales no tienen un alma por la cual luchar, que él se encarga de ellos, que aquí solo estamos por las almas de los demás, por cuidar de nuestros hijos; puedo descansar por completo, sabiendo que él cuida de todo, que él es Omnipotente, que el enemigo me engaño muchos años, pensando en que entre más ayudaba afuera, era mejor, pensaba que ese era el propósito de mi vida, y mientras descuide a mis hijos, y lo que me correspondía, hoy descanso en sus brazos, sabiendo que él es Soberano, que fui perdonada, y que si hay una oportunidad en la Nueva Vida que me dio para dejar en sus manos todo, el dio la vida y él es el Único que la quita. Me gozo por completo en saber que le obedezco y que hoy estoy cumpliendo mi propósito, se y confió que el testimonio completo lo podre dar, y mientras, puedo decir que el mundo va al revés como el Señor dice, pero que confiemos porque Él ya venció al mundo.




Alabado Seas Dios Todopoderoso, alabado sea tu Santo Nombre.

Alabado seas Señor de Señores por que tu amor es eterno.

Gracias porque tú eres fiel.




Rebeca.

C3D MINISTERIO



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