Noviembre 09 2024
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y
destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10
Este capítulo me hizo comprender que debemos cerrar nuestros oídos al mundo y solo escuchar a quien habla solo con verdad, ¡a nuestro amado!
Nosotras somos lo que dice que somos y podemos hacer lo que dice que podemos hacer, el enemigo siempre va a utilizar cualquier boca para ir quebrantando tu alma y no tengas identidad en Cristo.
Este versículo debemos de tenerlo muy presente para comprender que nuestros enemigos no son de carne y hueso, qué son pobres instrumentos en manos del enemigo, por lo tanto, no debemos de escuchar palabras de marionetas qué están en manos de nuestro verdadero enemigo; Jesús vino a darnos una vida en abundancia, por eso hay que escuchar lo que tiene que decirnos y cosas buenas vendrán. Mi amado sigue renovando mi mente en recordarme que debo de hacer oídos sordos a palabras necias y me ha hecho saber que soy lo que él dice que soy, me llena de gozo y alegría porque sé que soy más de lo que yo misma me podría imaginar.
Como lo puedo aplicar en no escuchar críticas y saber retirarme a tiempo de alguien qué no me edifique, a no hacer caso a las murmuraciones, pero sobre todo callando, dejando de hacer comentarios que pueden herir a otras personas porque no sólo a nosotras nos hacen daño, nosotras también podemos dañar consciente o inconscientemente.
Amado mío, quiero comprometerme a mantener mis oídos lejos de toda murmuración para que las palabras no entren a mi corazón, igualmente controlar mis palabras para no hacer daño y no ser culpable de provocar heridas, también me hago el propósito de no escuchar esas voces qué nos dicen que no hay solución y que no podemos, sino a escuchar tu voz que buscándote donde es sé que te puedo encontrar. Amén
Adriana Ramírez.
C3D MINISTERIO.
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