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10 veces más derecho.

  • Writer: Cordón 3 Dobleces
    Cordón 3 Dobleces
  • Mar 8
  • 2 min read

Entonces respondieron los hombres de Israel, y dijeron a los de Judá: Nosotros tenemos en el rey diez partes, y en el mismo David más que vosotros.

¿Por qué, pues, nos habéis tenido en poco? ¿No hablamos nosotros los primeros, respecto de hacer volver a nuestro rey? Y las palabras de los hombres de Judá fueron más violentas que las de los hombres de Israel.

2 Sam 19:43.


Tengo una hermana que está recién juntada, viviendo con una persona que no es su esposo, está fornicando y ha traído división a nuestra familia, a tal grado que todo lo que estábamos buscando de unión por mi parte, él lo ha separado, y ha tratado de relegarme.


Mi madre quiso solucionar la situación con su amor y con su mente limitada, pero rechacé tener algún acercamiento de mi hermana, después de esto debido a que no provoque el distanciamiento, más bien sea el Señor y ya le había pregunto ¿que necesitaba de mí.?


No tenía ningún sentimiento de dolor, como rechazo, pero sabía que había algo que estaba pasando y que no me hacía sentir bien. Fui instruida en su palabra en las áreas que tenía que orar, incluso en mi carne lo olvidé y él me despertó, porque la intercesión era Guerra espiritual y de madrugada, fueron cinco días.


Al otro día de que el Espíritu Santo me levantó a las 3 de la mañana, fue que nuestra madre me llamo de su teléfono, pues se acercaba mi cumpleaños e intentó pasarme a mi hermana, a lo que contesté que cada una teníamos teléfono y que por favor no me la pasara, que hablábamos después, que por el momento no iba a hablar con ella. Tuve que colgar la llamada, pues aún no terminaba lo que Dios me había mandado, no podía no se aceptar esa reconciliación que no venía del Espíritu, porque Dios ya me había levantado a orar una noche antes, de que mi mamá buscara acercamiento entre mi hermana y yo. Aún no terminaba la instrucción del Señor y por eso deseché cualquier contacto que viniera de nuestra carne y de nuestros sentimientos.


Aún el Señor me recuerda ese pasaje donde le dice a Pedro, no eres piedra de tropiezo, tenía que terminar de orar por lo que se había sublevado, porque quieren destruir nuestra heredad, porque el manto del Señor siguiera cubriendo nuestra unión y sobre todo, me levantó a derribar las murallas que había en ella, porque había que arrasar y destruir todo aquello que se había levantado en oposición para nuestra unión y heredad; sí, esa Unión que siempre he tratado desde mi niñez de prevalecer con mis hermanas.


Hoy por hoy, el testimonio es que no tengo ningún sentimiento hacia mi hermana ya la vi, no en el momento que nadie quiso, sino en el momento en que Dios lo plasmó así en mi corazón y siempre debemos de buscar la instrucción del Señor, aún en medio de nuestros sentimientos y emociones hacer Su voluntad debe ser lo primordial en nuestra vida.


Siempre hay un propósito en cualquier circunstancia que estemos pasando, siempre hay algo más que Dios quiere y necesita de nosotros.




Raquel Jiménez.

C3D MINISTERIO.



 
 
 

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